ANGASMARCA

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Conoce el maravilloso pueblo de Angasmarca

VILLA AZUL

VILLA AZUL
Conoce un lugar Maravilloso

Los amores enfermizos...

viernes, 9 de mayo de 2008



I


Carlitos Cruz en realidad no sabia si ella (su amor de hace mucho tiempo) llamaría a las tres de la tarde como lo habían planeado, -pero vaya suerte- cuando dieron las tres y catorce sonó el timbre de su Nokia y era ella (por lo que al instante pensó en decirle si podía ir por él en su camioneta) y para sus adentros pensó en pasarla tan bien como cuando eran mas chiquillos y se amaban, se amenazaban, se iban, volvían y jugaban a esas pasiones prohibidas a esas que hacen esperar al amor para darle preferencia a los fulgurantes encuentros que entonces eran su pan de cada día y de cada noche.

Ella le dice que esta por Santa Inés, tramitando unos documentos entonces él le pide que vaya por la universidad, ella le dice que no era posible, porque salió sin la camioneta para evitar a la gente ya que se supone es un encuentro clandestino, de modo que Carlitos le dice que en quince minutos iba a Santa Inés y que lo espere, por el parque grande, ella le sonríe por teléfono y le contesta diciéndole que lo espera, que se tome su tiempo…

Se encuentran después de mucho tiempo, no es lo indicado pero ambos quieren naufragar en sus errores, se ven las caras se salpican de vergüenzas, ahora ella es una mujer casada y Carlitos el caza recompensas de siempre. El sol boquiabierto los alumbra ya casi son las cuatro y nadie entiende porque se han citado, ¿porque se ven si ya su magia parece estar extinguida? su amor en lugar de ser mas grande se ha esfumado, a pesar de las promesas que se han jurado no saben por que diablos están ahí dando vueltas mirándose de reojo, de frente y descaradamente, deseándose como en sus mejores años, como cuando ella tenía veintiún años y él dieciséis y se querían serenos y apasionados, como loquitos cada noche cuando los abuelos de la susodicha se hacían a los intensos sueños de la tercera edad, y dormían como dos bebés, mientras ellos silenciosos, lunáticos amantes, profanos y adolescentes se encontraban por la puerta trasera y al principio se querían y meses después se amaban como si fuera el final de sus días… desparramando ese espasmo libidinoso cuasi impúdico que entre los dos no podían controlar, mucho menos disimular (él la quiere a su manera mientras que ella dice que lo ama, que si le fuera posible abandonaría a su marido, dejaría todo por Carlitos Cruz…)

La inmoralidad va creciendo, ella habla disimulando su pena, él también finge (pero se ha dado cuenta que ella es una razón más, que tal vez es importante) por eso que últimamente le pide un encuentro, o de repente un beso o a lo mejor unos minutos a solas para así exponerse a la malevolencia de los pecados carnales, esos deseos soberbios que pueden liquidar la desesperación por encontrarse después de muchos años -como hoy- a las cuatro de la tarde recordando esos días que se hundieron en la sombra del pasado y quizá cautelosamente hoy jueves nublado y frio se vuelvan a repetir…

No soportan estar dando vueltas por la calle y que ojos ajenos, les pongan cara de moralistas, Carlitos no soporta que a su amada los vagos le suelten piropos insanos, llenos de besos cochinos, los que por supuesto ella ignora, los que él cela con repulsión. Ella para un taxi, -suben con la mayor discreción- y le dice al conductor que los lleve lejos o a un lugar tranquilo -sin mas gestos que un asentimiento el taxista arranca- mientras tanto están para el asiento de atrás, ella no lo toma de la mano –espera que él lo haga- pero quien sabe porque Carlitos no lo hace -callan- están en mutuo silencio y en la radio pasan una canción abominable (una chicha de los ochenta) se miran las caras tres segundos y súbitamente escapan se voltean a las ventanas ven el trafico del centro que a las cuatro de la tarde es un caos (el conductor ha llegado al lugar). Ella una mujer elegante de la “hight life”, saca de su billetera un cheque de esos suavecitos que recién ha retirado de algún cajero automático (con la tarjeta de su marido) y paga. Carlitos baja primero, demuestra su modales, le abre la puerta y le importa un pito lo que diga la gente y entran juntos al café, toman un lugar medio alejado calculando donde nadie los vea y así puedan darse de besos…
Para amenizar las charla, piden un vino Tabernero Gran Rosé Semi Seco, el mozo les sirve en dos grandes copas, brindan por el reencuentro y por la desequilibrada aventura que están emprendiendo… siguen callados -no se entienden- él bajo la mesa busca la mano de su amada, la toma delicadamente como para que nadie en frente se de cuenta de la infidelidad; ella dócil, sumisa a las caricias de Carlitos, aprieta con mas fuerza la mano de su joven galán. Prudentemente Carlitos despliega las persianas de la ventana que da para la calle, ella siente que entre las tantas personas que están a su alrededor puede haber alguien que la conozca y pueda descubrir la traición que en ese momento iba haciéndose realidad, mira la butifarra que le han servido, juega con el tenedor, no sabe que decir, “no tengo hambre” le dice a Carlitos, y parece que como jugando están protagonizando otra clásica historia de traición; después de haber permanecido unos segundos en silencio ella suelta el enfado que tenía contenido, como queriendo desfogar lo que siente, como queriendo justificar su vehemente accionar: “ya no lo soporto, es un enfermo, me tiene loca, no sé que hacer… ¡es tan celoso!, que si me tomo una foto, me dice ¿por qué? ¿Para quién es esa foto?, es un machista y déspota, no quiero seguir con él”, le dice a Carlitos, mientras él saborea la tercera copa de su Gran Rosé. Ella va por el quinto sorbo, le cuenta su vida en cinco minutos -le dice a Carlitos que lo ama- que si lograra zafarse del yugo machista de su marido, se vendría a vivir a Trujillo para tenerlo cerca… para que se amen sin restricciones, para que ella cada tarde lo espere afanosa y él perfecto amante nunca la abandone y sean felices en el ámbito moderno de la convivencia… (Al fin y al cabo ella, financieramente no sufre las cachetadas de la necesidad como el pobre Carlitos). “Tengo lo suficiente como para alquilar un departamento y ayudarte a gestionar tu titulo… también podríamos viajar, recuerda lo de mi hermana… lejos todos, esta es nuestra oportunidad…, te lo juro me divorcio, esto depende de ti también… Gustavo esta peor cada día… piensa que soy su juguete…”

Carlitos lo observa asustado y por un momento piensa que el alcohol le esta haciendo efecto y no quiere creer lo que acababa de escuchar; le dice que se tranquilice, que piense en su familia y en la vida que ya ha hecho, “tú eres una señora de sociedad… vas al teatro, colaboras con la estancia…, vas al club con tus amigas, juegas tenis aunque que no te guste… y dejando un día vas al gimnasio, y cuando te sientes estresada vas a los mejores spa’s , tu familia y en especial la de tu marido viven en un mundo distinto al nuestro, los fines de semana sus fotos aparecen en la columna de sociales… ¿que te hace falta?” -y mentalmente piensa- (pero si recién cumplió veinticuatro, tiene tanto por vivir tiene mucho por disfrutar, es justo que viva un poquito esa vida loca que antaño en su lejana adolescencia añoró a mi lado) luego de un rato, Carlitos ya aturdido por el vino le dice: “¿yo que te puedo dar? yo con mi humilde trabajo de contador… mi familia ni en sueños sabe de nuestra relación, no quiero herirte pero por ahora esto de verte a escondidas esta emocionante, ¡vamos relájate! Dame un abrazo, verás que llegará el día en que estaremos juntos… tendremos una casa grandiosa, alejada de la ciudad, tendrá un balcón muy grande y en el segundo piso tendremos una chimenea, entonces allí cuando sea otoño, cuando sea invierno frente al ardor de las brasas haremos el amor y veras que nunca nos separaremos… y seremos felices…”

El vino casi se termina… toman otro taxi hasta el malecón, ella se pone sus grandes gafas oscuras… como para que nadie la reconozca y emocionados llegan a la playa, ella compra de un ambulante una cajetilla de cigarros, se toman de la mano, ella fuma como cuatro cigarrillos, él no pasó de dos… caminan muchísimo casi un kilometro… ella insiste, ella quiere rebelarse quiere irse a vivir con el pobre Carlitos sin embargo, el bisoño galán (cinco años menor que ella ) no se ubica, no sabe si se aman o si es su ferviente obsesión la que le tiene así todo turulato, sea como sea, él no quiere perderla… él la necesita porque ella aprendió su personalidad, se memorizó su carácter, supo entender sus desaciertos y lo mejor –según él- le dejó tener a cuanta enamoradita se le cruzaba en el camino… ella una mujer lunática, comprendió en su momento que la relación no podría ser (ella una mujer adinerada, él humilde y espontáneo, haciendo balances, libros contables, ingresos y egresos, cualquier cosa que tuviera que ver con la contabilidad y cinco años menor que ella, no sabría darle una vida alturada, por eso que en aquel pasado no pudieron salvar esa pasión desesperada). Carlitos no despeja esa turba de incógnitas que le rodean la mente, decide olvidarse de las maldades que hizo o que a lo mejor está haciendo y la mira con ferocidad, engriéndola, amándola y maldiciéndola no puede ocultar mas su deseo y se va hacia ella como en los mejores días, como en aquellos días…

Ella siente en su bajo dorso la arena que tibia y áspera yace bajo su cuerpo (como una alfombra inmensa…) son mas de las seis y en sus caras ven reflejarse, el anaranjado color que irradia el ocaso… piensan amarse una vez mas, ella enciende otro cigarrillo, juega con los cabellos disparados de su Carlitos y con desesperación espera que el sol se oculte por completo para que así de rápido la noche se consolide y bajo el hábito oscuro de las sombras, fumen los últimos toques de sus cigarrillos los que como aditivo a su pasión les darán esa antigua valentía para hacer el amor, ese amor candente que los ha vuelto fanáticos a ambos… ese amor que a esa hora se siente comprometido con la bulla de las olas, la frescura de la brisa y el calorcillo amable de la arena que los soporta como si fuera la mas digna de las alcobas….

Después de haberse amado en carne propia, ríen… ella quiere encender el quinto cigarrillo, pero ha perdido el encendedor… se resiente por un momento y tira muy lejos los cigarros sobrantes, (muy mujer ella) muy afectuosa, saca de su cartera un pañuelo para secar el sudor de su amante, le circunda la frente, su faz, su cuello… luego le da cuadro dobles a la pañoleta verde claro, la oculta otra vez en su cartera, para cuando lo necesite pueda respirar el olor de su muchachito, pueda tener su transpiración que ha quedado impregnada en ese pedacito de seda y así de algún modo refrescará su memoria y se acordará del jueves en que hicieron el amor a las siete de la noche en la playa a revolcones sobre el trigueño color de la arena…

De regreso ella aprovecha las paradas que hace el taxi en los semáforos y se maquilla esmeradamente, se arregla los cabellos, se rocía un poco de perfume en su pecho (por si encuentra en casa a su marido, pueda disimularlo todo). El auto se detiene muy cerca de su casa, él presiente que la extrañará (no tres minutos no unas horas) ella sabe que si esa noche se despiden, de pronto volverán esos trémulos sinsabores de la soledad y la glacial manera de ser de su marido regresará para atormentarla día a día, por lo que se siente contrariada, no sabe que hacer… se vuelven a tomar de las manos, se abrazan y respiran muy cerca, ella ciñe el menudo abdomen de su amante, se acurruca en el pecho de Carlitos y siente su calor, su aroma, su adrenalina y todo lo demás, lo quiere tanto -se aman de una manera enfermiza- (como si fueran los primeros días…). Ella quiere creer en la ridícula idea de que no hay quien impida su aventura y mas fuerte, cada vez más lo abraza para que el pobre Carlitos tome la abrupta decisión de tenerla para siempre como su mujer como la mujer de su vida… aunque el mundo se les vaya encima, aunque iracundo el marido un día los busque y trate de enviarlos a mejor vida…

Ella juega con fuego, no mide las circunstancias, se siente perturbada y excitada por la pasión que solo Carlitos Cruz supo infundir en su bajo vientre, en sus húmedas grietas, en sus cúspides adormecidas por los hondos besos que aterrizaron plenamente a lo largo y ancho de su anatomía de yegua brava que ha ido perfilando con el paso de los años… Es un peligro emocionante “el riesgo lleva a la gloria” le dice y él responde: “¿a si? ¿Ahora estas filosofando o que? ”, Y ella fresca, feliz, echando esa mirada enloquecedora con sus ojazos fosforescentes llenos de pasión enfermiza, le contesta: ”lo escuché en una película” él enmudece por las tantas cosas que escucha… y de a pocos vuelve en si. Pobre Carlitos, tiene miedo por el marido, que es un hombre de armas tomar, teme por su vida (hace unos años el marido lo amenazó de muerte) No quiere morir, no quiere ir a mejor vida… no quiere que ella se quede sola en este mundo… y lo peor no quiere que ella domingo a domingo le vaya a llorar a su tumba con un ramo de rosas negras, esas que tanto le gustan…

Carlitos, se marcha sin decir nada, corre abrumado por el efecto del alcohol… y horas más tarde, ya acostado escuchando esas canciones tristes de los años setenta, le envía un mensaje de texto a su amada diciendo que el próximo jueves la espera en el lugar de siempre y a la misma hora…
Continuará...

Noche de Cenicienta

jueves, 1 de mayo de 2008


* Isabel Sánchez, una prima mia escribió la siguiente nota, después de conocer a su principe azul, decidí publicarla aqui porque la historia suena tan tierna que hasta me conmovio...



Era agosto del 2007, mi papá me llamó al celular para decirme que viajemos a Chimbote para celebrar el cumpleaños del abuelito “Rica”_ sus 90 años_ y de paso asistir a la invitación de la boda de la cuñada de mi tío Rafael; yo por supuesto dije que si, estaba de vacaciones y además necesitaba distraerme. Salimos el 4 de agosto por la mañana en el ómnibus de Línea, mi papá, mi hermana Karen y yo, fue un buen viaje de casi tres horas.
Llegamos iniciando el medio día a la casa de mi tía Mariana, estaban mis primas, mis tíos y por supuesto mi abuelito Ricardo; yo le había hecho un regalo, era una chalina color canela, le gustó mucho el gesto, me dijo que se la pusiera, estaba contento.
Mas tarde llegó Carlos _ el primo hermano de mi papá_ yo lo veía por primera vez, claro que él ya me conocía pero yo no, él me había visto cuando todavía era yo una niña.
Transcurría el día y la estaba pasando chévere, bailaba con mi abuelito, con mi tío Carlos que es una persona bien linda todo iba OK. Ya de noche seguía el festejo, mis tíos de poquito en poquito me decían… ¡salud sobrina!...obvio tenia que aceptar no se cuantos vasos tomé el hecho es que después de un buen rato me sentía rara, estaba empezando a subirme el alcohol a la cabeza, lo bueno es que me di cuenta a tiempo y decidí ya no tomar más, fue entonces que mis primas me dijeron para ir a la casa de mi tío Rafa entonces le dije a mi papá y me dijo que si, Karen también me dijo para ir y fuimos. Eran casi las 11 de la noche y Vania la menor de las hijas de mi tío Rafa nos dijo para ir a la disco a bailar y nosotras estuvimos de cuerdo con la idea, ¡era hora de divertirnos de verdad! , lo único es que nadie debería saber que íbamos a bailar de modo que salimos y Paola se quedó en la casa, los demás estaban en la casa de mi tía Mariana -seguían con el festejo del santo-

Llegamos a una discoteca llamada “La Habana Drive In”, mi prima Vania lucia súper cool como siempre ella que le gusta llamar la atención y de verdad que si lo lograba, mi hermana y yo estábamos vestidas con ropa… en lo que se dice llamar ropa “normal”…bueno estábamos allí las tres esperando a los amigos de mi prima que por cierto no llegaban, empezó el show con una cantante criolla todo iba súper bien, me sentía muy agradable a lado de mis primas y mi hermana, en realidad la estaba pasando muy bien.

De pronto volteo mi mirada hacia una mesa que estaba frente a la nuestra, y veo al chico más lindo que haya visto en mi vida, era el chico de mis sueños llevaba puesto una camisa color azul acero y su cabello tenia el corte perfecto, el que a mi me gusta, prácticamente era como el príncipe azul que solo existía en mis sueños –y no exagero– era real.

Entonces empezó el baile, llegaron los amigos de mis primas y todo se puso mejor.
Me sacó a bailar un amigo de mi prima la verdad no recuerdo su nombre, pero era un tipo bien extrovertido y por lo visto le gustaba bailar, me preguntó mi nombre, contó algunas cosas de el, me dijo que era abogado, la verdad no tenia apariencia de serlo pero en fin; seguía bailando con él, cuando en medio de las personas que bailaban logré percatarme que alguien me esta mirando fijamente, y entonces me voltié a ver mas claramente y no lo podía creer, era él, como yo ya lo llamaba desde esa noche mi príncipe azul. Estaba ahí sentado en su mesa y desde allí me miraba fijamente, su mirada era tan penetrante, que prácticamente era amor a primera vista, no me quitaba la mirada de encima…yo le correspondía con la mirada, estaba maravillada.


Paso un buen rato y entonces se acercó a mi mesa una de las personas que estaban con él, me pidió para salir a bailar, yo accedí. En la pista de baile yo no sabia que hacer, quería preguntarle por él, pero me acobardaba, fue entonces que el empezó…y me dijo:

_ Eres muy bonita sabes… ¿como te llamas?
_ Isabel_ le dije
_ Que bonito nombre…y ¿Cuántos años tienes?
_20_ le dije
…Seguíamos bailando tenía que aprovechar la oportunidad que me estaba dando, entonces le pregunté:

- ¿Tú eres?
- William- me dijo, y entonces hice la pregunta de la noche:
- ¿El chico que está de camisa azul es tu amigo?...y llevé mi mirada hacia la mesa donde estaba él…
- No, es mi sobrino¿ Deseas que te lo presente?-me dijo
- Yo…medio nerviosa y a la vez alegre y sonriente le dije que si.
- Se llama Elías –me dijo, cuando ya casi nos íbamos acercando a su mesa.
Entonces estaba frente a frente a mi príncipe azul el me quedó mirando estaba como sorprendido.
- Baila con ella _ le dijo.

Sonriéndome y mirándome a los ojos él me hizo un ademán como invitándome a la pista de baile. Estábamos allí los dos el me seguía mirando... yo estaba pisando en las nubes…de pronto me dijo:
- ¿Cómo te llamas?
- Isabel le dije
- ¿Maribel?..me preguntó
La música no le dejaba escuchar muy bien y mi nombre es más especial…
- No, Isabel- le dije
Sonriéndome me dijo…aya… que precioso nombre.
Su sonrisa era encantadora, era como la sonrisa de un ángel, sus ojos me decían muchas cosas a la vez, yo estaba completamente maravillada.

- ¿Te llamas Elías?...así me dijo tu tío
- Si, asintió
- ¿Eres de chimbote?
- No, le dije…soy de Trujillo
- Aya...eres trujillana-me dijo con una sonrisita de niño.
- Si… ¿tú eres de chimbote?
- No, soy de Sinsicap, un pueblito de la sierra norteña de Ancash _ me dijo.
- A ya …a mi me gusta la sierra, mis padres son de allá_ le dije
- ASI?...y ¿de que parte?
- Mi mamá es de Santiago de Chuco y mi papá es de Cajamarca.
- A mira que interesante… ¿Las chicas que vinieron contigo son tus amigas?
- No, las de cabello teñido son mis primas y la que está de espaldas es mi hermana, le decía observando la mesa donde estaban ellas.
- ¿Viniste de vacaciones?
- Bueno casi, en realidad vine por que es el cumpleaños de mi abuelito y vine a visitarlo y de paso a divertirme un rato con mis primas.
- A ya claro, es bueno relajarse….entonces ¿estudias?
- Si , contabilidad-le dije
- Que bueno, debe ser una bonita carrera
- Si a mi me gusta_ le dije
- Que bueno, yo casi no he sido muy bueno con el estudio, soy un poquito brutito para eso_ me dijo medio como sonriéndose.
- Yo me reí, ¿en serio?_le pregunté
- En serio, a mi me gusta el campo, la agricultura, justamente estoy ayudándole a mi papá con eso, en Sinsicap.
- Mmm aya.¿En eso trabajas?
- Bueno por ahora me dedico a eso_ me dijo.

Así iba pasando la noche yo seguía encantada con él, no podía creerlo estábamos bailando ya un buen rato, era como si se hubiese detenido el tiempo y solo éramos él y yo.

_ Tienes novio –me preguntó– por mi cabeza pasó el nombre de Eberth que en ese momento era según yo mi enamorado.
_ No, por ahora no_ ni yo me creía la respuesta, pero su mirada tierna me animó a decir eso.

_ Como es que una chica tan bonita está solita –me dijo–
_ Bueno es que a veces las personas solo se fijan en la belleza física de uno y no en tu interior, en lo que realmente eres y lo que vales.
_ Eso es muy cierto_ me dijo_ ¿Te han herido con eso?
_ Bueno realmente podría decir que estuve apunto de salir herida pero me di cuenta a tiempo de lo que estaba pasando en la relación así que decidí terminar con esa persona –si claro nunca había terminado seguía con Eberth– pero en ese momento solo pensaba en Elías.
_Entiendo, yo también he estado con alguien, pero como yo estaba lejos de ella nuestra relación empezó a deteriorarse porque nos veíamos muy poco y bueno terminamos.


Yo en ese momento me sentí muy contenta al escuchar eso, pero algo en mi interior me decía, que me estaba mintiendo, aunque aquello sonara muy convincente.
En fin ya no me importaba nada ni pensaba en nada solo me sentía a gusto bailando con él, luego me llevó a su mesa, me presentó a su hermano y a su prima y a una amigo de el, luego le pregunté si tenia e_mail y el me dijo que no era muy bueno con eso de la computación así que no tenia MSN, entonces me sentí algo frustrada, como iba a volver a localizarlo –pensé– entonces le dije que anotara el número de mi celular; me dijo que había olvidado el suyo en su casa y no tenia donde grabar mi “cel”, entonces le pidió prestado el celular a su hermano y ahí grabó mi número_ yo esa noche también había dejado el celular en casa de mi tío Rafa y no tenia donde anotar así que tenía que conformarme con que solo el se quede con algo para volvernos a localizar.

Regresamos a la pista de baile,
_ Eres muy linda… sería muy fácil enamorarme de ti_ me dijo
Yo estaba sonrojada…y solo le sonreía
_ Tu tienes una bonita sonrisa ¿sabes?_ le dije.
_ ¿En serio? Es la primera vez que alguien me dice eso_ él estaba sonrojado.
_ Si en serio…
_ A mi me gusta tu sonrisa, ¿te gusta sonreír mucho no?, eres muy alegre.
_ Pues si hay que estar siempre alegres, aunque por dentro estemos tristes_ le dije.
_ Ojala todas las personas fueran así como tú. El mundo sería distinto _ me dijo.
_ Yo le volví a sonreír ampliamente y mirándole fijamente a los ojos me acerque un poco más a él sin que se diera cuenta_ quería sentir mas de cerca su aroma.

Ya era casi las 5:30 de la mañana, había estado bailando con él todo el resto de la noche, mi corazón no dejaba de latir rápidamente y en mi estómago se dejaba sentir como un millar de mariposas revoloteando lentamente, creo que estaba enamorada…pero como en un cuento ya me tenia que ir, era demasiado tarde y la disco estaba casi vacía , fue entonces que él se acercó mas a mí, sentía unas ganas enormes de besarlo, pero me contuve, no podía, era un desconocido aunque yo sentía como si lo conociera de tiempos, creo que él también sentía lo mismo, y me preguntó medio sonriendo:

_ ¿Tengo algo en la cara?
_ Y yo me sorprendí, no porque.
_ Es que no me dejas de mirar
_ Es que tu mirada es algo misteriosa
_ Jaja…se sonrió… ¿en serio?, la tuya me gusta mucho es muy dulce y tierna a la vez, pareces una princesita muy fina….disculpa que te pregunte ¿Cuántos años tienes?
_ 20…Le dije
_ Vaya no parece, yo dijera que tienes 16 aproximadamente no será que te estas subiendo la edad…me volvió a sonreír
_ Nadie me cree que tengo 20, tengo q enseñarles mi DNI para que me crean, lástima que ahora no lo traje.
_ No, te creo solo bromeaba…solo que en serio eres muy bonita y fina.
De pronto sentí volver a la realidad cuando mi prima me llamó.
_ Bueno tengo que irme, fue un gusto haberte conocido
_ Igualmente, Isabel_ me dijo con una bella sonrisa de querubín_ Cuídate mucho espero volver a verte para conocernos mejor, en cuanto pueda te llamo OK.
_ Esta bien…y se acercó lentamente y me dio un beso en la mejilla; sentí su piel suave y fresca y percibí su aroma por última vez.

Me fui alejando de él y él de mí, sentía que perdía algo, quería quedarme mucho mas tiempo, pero ya era demasiado tarde…eran 15 para las 6 de la mañana…recordé que no teníamos permiso así que era de irnos ya; mientras salía del local, sentía como mi corazón se me oprimía y me sentía nostálgica… de lejos ya fuera veía su figura como una sombra que se quedaba lejos y se iba perdiendo poco a poco…

Ya en la casa tuvimos que subir de puntitas para que no sintieran nuestros pasos, menos mal nadie nos sintió, bueno eso creo jeje.
Al final pasé la noche más hermosa de mi vida, había estado como en un sueño y conocí en persona a mi príncipe azul: ELIAS…siempre lo llevaré en mis pensamientos, aunque jamás lo vuelva a ver.

…FIN