ANGASMARCA

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Conoce el maravilloso pueblo de Angasmarca

VILLA AZUL

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Conoce un lugar Maravilloso

LA CRÓNICA DE UNA MUELA PICADA…

domingo, 26 de abril de 2009














Viernes: Empiezo la mañana con un agudo dolor de muela, el cual me ha quitado el sueño y también la paciencia, sin pensarlo salgo volando a la farmacia y pido el analgésico más potente habido o por haber, luego me compro medio litro de agua sin gas y aparentemente siento algo de sosiego… le doy un millón de gracias a los creadores de esa pastillita que ha atenuado mi dolor…
En la casa me enjuago la dentadura y de ratos siento otra vez ese fastidioso dolor, me acuesto sobre la almohadita de napa y presiento un poco de tranquilidad, me quedo dormido y sueño el trauma dental de mi niñez:


[Aquella tarde lejana y remota cuando mi papi pegaba los vidrios en la ventana y yo lo ayudaba con esa masilla (que ahora ya casi nadie usa y que huele a pescado podrido) que por su elasticidad me divertía mucho, hasta que de un momento a otro esa muela traicionera -la que nunca olvidaré- empezó a zumbarme cada vez mas como si quisiera ensañarse conmigo como si hubiera querido terminar con mi corta vida, con mis humildes ocho o nueve años de edad, entonces por más que quise hacerme el fuertecito igual me di por vencido y empezaron las lagrimas, el dolor, el sollozo y el odio por esa muela que quería verla lo más lejos posible de mi encía…


Mi abuelita me puso una pepa de limón, pero nada, luego mi papá dijo que con agua helada me pasaría pero creo que fue peor y otra vez mi abuelita Bertha insistió con lo de las pepas, pero esta vez ya no de limón, sino de clavo de olor, igual nada hacía efecto y yo moría de dolor… en unos minutos se pareció mi mami con un vaso con agua y una pastilla ”toma hijito esta doloflam te va pasar…” muy cariñosa mi mami, pensé que el dolor terminaría con la tableta, decidí relajarme pero fue inútil, porque igual seguía sintiendo como si me taladraban la muela cada vez más fuerte y lo más triste era que nadie podía ayudarme…
Luego mi mamá se acordó que mi tía Laly tenía el bienaventurado “Gingisona toques” y en un segundo voló, pobrecita mi mami se fue volando y llegó al toque mientras yo en el camarote en medio de una crisis por culpa de esa muela que me hacía experimentar todos los tipos de dolor habido y por haber…


-“siéntate hijito”- me dijo mi mami
Y todo herido víctima de mi molar superior izquierda me senté, abrí la boca lo mas que pude y mis padres la hicieron de odontólogos (o mejor dicho de anestesiólogos) mientras mi mami me aplicaba toques de Gingisona, miraba como mis hermanas de lejos eran cómplices de mi dolor y ellas en mi lugar cerraban los ojitos y yo lentamente recobraba la tranquilidad ufff que hermoso era volver a estar bien, alabé, los endiosé a los creadores del “Ginsisona Toques”, pensé que eran lo máximo, en ese momento se me vino la idea de que mi mami debería comprar o mandar pedir de Trujillo por lo menos media docena de frasquitos, por si las moscas, por si la muela me hacia otra mala jugada…


Después mi papi dijo que era demasiado que deberíamos ir cuanto antes al dentista, pero pucha en Angasmarca solo habían técnicos casi aficionados y desde luego mis papis no me iban a arriesgar a tanto, por lo que a los dos días aprovechando las vacaciones, viajamos a Trujillo a pasar el verano si no me equivoco el verano del año ’95, sin presagiar que sería el verano mas trauma de mi niñez…


El primer día en Trujillo, mi mami me llevó al seguro, donde un dentista medio raro, un tipo colorado parecía una súper muralla por su inmensa gordura, era de esos dentistas que a primera vista te dan miedo pero que al rato, demuestran lo tan bonachones que son (el típico gordito alegre). Recuerdo, prendió su tele, luego su VHS y puso una película de las tortuninjas - yo feliz -mientras no era mi turno, feliz porque hacíamos cola, éramos como cuatro niños y creo que yo era el tercero de la cola -ufff mi destino tuvo que ser así - ya estaba escrito, primero feliz con una peli de las tortugas, luego ahí en el patíbulo abriendo la boca para que el gordinflón con sus agujas sus tenazas y no sé que mas herramientas hubo de usar para sacarse aquella mi muela traicionera, la que me hizo ver cosas de otra dimensión y colores como si usara una cámara infrarroja, quieto yo asustado también, no perdía de vista a mi madre, todo parecía una eternidad, tanto que mas duré yo en asustarme que el gordinflón en extraérmela, sentí como mi sangre bajaba en picada de la cabeza a las extremidades inferiores, sentí ese frio traumático de los hospitales y a lo lejos escuchaba la locución que hacen por medio de altavoces para llamar a los médicos o enfermeras o etcétera para que se acerquen a cualquier área del hospital.


-no te muevas, tranquilo vamos como hombrecito- me dijo la versión peruana de papá Noel, yo cerraba los ojos, enduraba la cabeza, sufría mi trauma al cien por ciento y nada, pucha lo peor era que solo sentía como si hubiera una piedra empotrada en mi encía y a la que el gordo esculpía con un cincel y un súper combo…


Quise llorar, cuando plum!!! Salió fugaz y con algo de dolor y con un sabor obvio, entonces abrí los ojos y el gordo la tenía en su pinza, la condenada muela estaba bicolor, blanca y roja por la sangre, la odie, me burlé en su cara me enjuagué un poco y quise llorar quise correr donde mi mami pero no. Me aguanté, porque una niña había llegado al final de la cola y me miró con lástima como si me tuviese pena (que ridículo yo) trataba de estar lo más tranquilo posible e incluso le dije al dentista:


“ya no sangra doctor no es necesario el algodoncito…” todo seguro altanero machazo como bueno (jaa me creía Rambo) todo por aquella niña que me emocionó, todo por esa niña de mirada café, vestidito amarillo, zapatos oscuros y medias cubanitas…


-¡claro que no!, vamos campeón muerde el algodón y no le pases tu lengua por la herida por que si nooo te puede dar una hemorragia -


Me traumaba el gordinflón y como un eco, la palabra “hemorragia” se quedó resonando en mi mente al mismo tiempo le daba algunas recomendaciones a mi mami. Yo como si saliera victorioso de una batalla resurgía campante y con prosa como sacándole cachita a los otros pacientes que al igual que yo estaban aterrados esperando su turno, desde luego la niña de la que hablé estaba sentada leyendo un folleto en el que clarito recuerdo lo único que logré distinguir: IPSS… caminaba calculando pasar a su lado y ella ni el menor caso… y yo ridículo mordiendo el algodón con mucha fuerza como para no morir desangrado…
Mientras salíamos del consultorio, el gordo estalló:


-señora la receta!!!- farfulló mientras se cambiaba de guantes, luego le dijo a la niña si era tan amable de alcanzarnos la receta y ella fue amable (como no lo iba ser si tenía carita de serlo) y se vino hacia nosotros con la receta, creo que vino hacia mí, y se acercaba mas y yo tonto recién me di cuenta que esta vez tenía puestos unos lentes como de niña nerd.


-tenga señora – habló dulce como si se tratase de un hada o algo así…
Y para variar otra ridiculez:


-gracia… que digo gracias, jee eque el aaal_go_dooón no puedo hablar bien gracia - le adelanté las gracias a mi mami y creo que la niña me miró y se burló de mi y creo que pensó en que aparte de ser un payaso fui el ridículo de la tarde… claro pues que tonto al hablar desarticuladamente y me fui pensando en sí ella pensó que hablé de ese modo porque me puse nervioso o por lo del algodón. Igual se quedó grabada hasta el día de hoy con su carita de nerd y con su folleto del IPSS…


A la salida del hospital como para no perder la tradición, mi mami me compró un jugo Liber, tomé algunos sorbitos y con la boca inclinada como para no perturbar la herida además palabra “hemorragia” me seducía, me daba miedo, todo por culpa del gordinflón entonces lo odie por cinco minutos…
En la casa mis hermanas me decían:


-a ver enseña… a ver abre tu boca –
Yo monse como siempre abría la bocota y ellas curiosas admiraban lo único que hasta el momento era visible, el color guinda del algodón al que había mordido por más de una hora…
-te ha dolido?- ingenuas ellas


-con anetecia pue – ya parecía un chileno por mi forma de hablar
Y ellas se reían se burlaban sanamente de mí e intentaban hacerme hablar para que se divirtieran… me agarraron de su puerquito.


Lo peor fue cuando tuve que quitar el algodón, aparte de fastidiar ya era hora de retirarlo, no podía estar todo el tiempo ahí, fácil y adquiría una infección… igual hice malabares con la lengua y de a poquitos sentí que me despedía del algodón, mi destino seguía haciéndome sufrir y le agarre un odio a muerte a la muela. Seguidamente corrí a la cartera de mi mami, encontré a la causante de mi suplicio y presa de la rabia y el dolor acabe con la integridad de mi muela, la ví brillante y rosada por otro lado, cogí el martillo y plum!!!; la desbaraté la hice añicos y no sé si fue el momento o la fuerza que hice… pero igual sentí que el algodón estaba fuera de la herida y lo escupí e ingenuo yo me enjuagué con agua fresca si vaticinar que lo peor estaba a punto de suceder… sufrí, estrañé a mi papi a mi abue a todos y me eché a llorar y todo se nubló no sé que mas pudo pasar… ´


Hoy al recordar y pensándolo bien, no deseo detallar lo que pasó en seguida (dos motivos: no recuerdo bien y me da pavor revivir tan triste recuerdo). Será que puedo herir la susceptibilidad de los lectores y desde luego la mía, es que todo se volvió como una peli de terror, en resumen, ese mismo día terminé internado en emergencias por tener una hemorragia y como otro trauma recuerdo la dosis que me aplicaron para no perder mientras me trasladaban por aquellos pasillos lo cuales recuerdo como fotogramas, como si estuviera viendo una peli en cámara lenta, yo ahí llorando o quizá desmayado desangradme o tal vez ahogándome con mi propia sangre…
Mientras me llevaban en la camilla, recuerdo haber visto a un escuálido doctor examinándome al paso el pulso, abriéndome la boca y palmeándome la cabeza (mismo capítulo de Clave Uno) escuché por otro lado una voz que pedía Adrenalina Concentrada… yo quería llorar pero no podía y sentía en mi boca algo gelatinoso… y solo pensaba en mi mamá…


Dice mi mami que todo fue rápido, ella con mi tía Raquel me llevaron en un taxi, pero antes de eso me había desmayado y desde luego ella estuvo preocupadísima y me estiraba las piernas mientras mi tía Raquel me abrigaba las manos. También me había bajado la presión (cosa que hasta ahora me sucede, por eso ando abrigado hasta en verano) y que empecé a despertar en emergencias del hospital Lazarte (uno que está a la vuelta de mi casa). Dice mi mami que me hicieron una limpieza bucal, porque los coágulos se hacinaron, luego siguieron aplicando una solución coagulante - la que teóricamente me salvó la vida – tanto lloré que de cansancio me quedé dormido y que a las dos horas estuve en la casa, acostado, rodeado por todos… desde luego esta vez mis hermanas no preguntaron si me dolía o no solamente las noté compasivas y asustaditas, nunca olvidaré esa histórica muela, ni mucho menos esa noche traumática en el hospital…

Esa fue la peor experiencia que tuve, en lo que a dolores de muela se refiere. Por eso al despertar, me sentí asustado, es que al recordar por medio de mi sueño todo lo que me pasó no supe que hacer.
Me puse un polo, fui a los servicios y me vi la cara de pesadumbre que obtuve, después de dormir más de dos horas, sedado por esas pastillas para el dolor de muela que al parecer fueron efectivas. Sin embargo cuando di mi segundo sorbo de agua, otra vez y lentamente el fantasma de aquel abominable dolor regresó… La guerra estaba declarada, salí volando a la farmacia y pedí el doble de dosis, por ahí también compré medio litro de agua mineral (sin gas desde luego) y me zampe las dos tabletas:


-que rico es ganarle la guerra al dolor de muela- dije.


Ya en la casa me tiré otra vez a la cama como sepultado (como no si prácticamente me había drogado para evitar el dolor) agarrado a mi almohada de napa disfruté de esas sensaciones narcóticas que a uno lo sumergen en un sueño riquísimo. Esa noche no soñé nada y dormí como un bebé como no he dormido en años.]


Sábado: La alarma suena a las seis y once de la mañana, despierto súper, con energías al cien por ciento, alisto todo y vuelo a la universidad mientras que en el mp3 escucho “more tan words interpretado por Eric Patrick Clapton” y veo los hechos últimos de mi vida como imágenes de un avance de película, también evoco mi niñez como algo hermoso y a la vez inalcanzable, desde hecho en los brazos de mis padres y bajo las tiernas caricias de mi abuelita Bertha… me dan ganas de llorar de nostalgia, pero luego veo en un panel electrónico el aviso de una clínica dental y plum!!! Me acuerdo de la existencia de esa muela que ayer, anteayer, y todos los días de la semana me viene sacando de quicio y súbitamente mi estado de ánimo cambia y por coincidencia la canción que acabo de mencionar acabó.


Todo es psicológico pensé, hare como si no existiera esa muela (bien maricón yo, por no ir al doctor, además por el trauma de mi niñez) en clase participé todo el tiempo incluso hice todo tipo de preguntas hasta que Arturo mi amigo dijo que para ser sábado empezaba con fuerza, eso me hizo reír y pensé otra vez que todo se manejaba con la mente, que si me mantenía ocupado nada pasaría…


A pesar de mis pensamientos, al promediar las nueve, mi molar superior izquierda, contraatacó, estaba perdido, la sentí decidida a joderme el día, esperé como un cuarto de hora (como dándole tregua) pero nada y automáticamente pensé en esas pastillitas que tanto favor me hicieron y terco otra vez pensé en auto medicarme…


Para las diez de la mañana pedí permiso, el dolor era insoportable, volé a la farmacia más cercana y compré las benditas Dolocrodralan Extra Forte pensando que al llegar a la casa otra vez iba estar narcotizado, pero que mal me hubo de ir, todo estuvo igual y empecé a perder la calma…


Salí como un loco pensando en el aviso de la clínica dental, pero solo me quedaban quince soles en el bolsillo y eso creo que no me daba ni para el taxi, llamo a mi hermana para pedirle dinero y me dice que volvía de su trabajo de campo a las doce y que era mejor esperarla para ir a la clínica después de almuerzo, yo histérico dije para mi mismo: “tu pensando en comer nomás”, me subí al primer taxi que paró y sin preguntar cuánto me cobraba le dije que me llevase a la UPAO, corriendo como un loco entré a la clínica, donde los que siguen estomatología practican con la gente que como yo quiere darle fin a sus problemas dentales.


Hablé con un alumno y me explicó el procedimiento, yo terco aún le dije que era una emergencia, que era insoportable y que si era necesario que me la extraigan pues que lo hicieran, pagué cinco soles, me registraron y crearon mi historial, me pidieron el carnet y todo lo necesario (y ahora pensándolo bien no sé cómo pude tener paciencia para tanto tramite si lo único que deseaba en ese momento era que mi muela estuviera fuera de su lugar) entonces esperé como diez minutos, los cuales fueron de intensa agonía. Hasta que por fin la salvación, me llamarón y volé, ahí estaba un grupo de chicos de mi edad y una profesora (la odontóloga me supongo) y me examinó y yo que odiaba a todos esos pares de ojos que me observaban como si fuera el primer paciente de sus vidas (los odie a todos) y pensé en que tal vez fue un acto desesperado el de ponerme en manos de practicantes pero no había marcha atrás, estaba allí recostado mientras a mi muela la fotografiaban y le sacaban rayos X, que ridículo, no me faltaba más ya que por poco y muero de una colerina en lugar de dolor de muela…

-Huy amiguito- me dijo la profesora.


-Es una cascarita tu muela, necesitas ortodoncia, lo que significa tratamiento o una extracción que es algo más rápido y lo que desde luego te quitará el dolor-


Yo ahí pensativo (otra vez mariconazo) pregunté cómo es la ortodoncia y cuanto costaba (ya que solo contaba con diez soles).


Y solo entendí el siguiente resumen, creo que me cortaban los nervios y mi muela iba ser como un árbol muerto o sea sin raíces y que ya no habría dolor y que costaba como cuatrocientos soles y que con el tiempo la muela se tornaría de un color oscuro casi tirando para negro y que para eso tendrían que ponerme una corona, lo que implicaba más dinero… yo no estaba para explicaciones y le dije que la saque aunque me duela hasta el alma…
-ok chico- muy fresca ella, claro como a ella no le iba doler…

Y de pronto todos volaron a sus puestos: un chico preparó la anestesia, otro me acomodó la silla, otro reguló las luces con un joystick y dije (que achorados son estos sonsos) y bueno la historia se repitió así como cuando tuve ocho años y un gordinflón me sacó la muela, ahora una señora cuarentona me hizo el favor y colaboró en mi guerra contra esa muela que según ella parecía una cascarita. Ni modo, estaba ahí acechado por personas que en mi vida había imaginado, perdiendo (y para siempre) una molar, aunque a decir verdad en ese momento el dolor era extraterrestre y me importaba una sibarita si la perdía para siempre… además no podía desistir, (aunque pensé en ir al baño y escapar de la clínica) pero recapacité y me di cuenta que tengo veintiún años y no podía escapar de esa aventura, en la cual fui material para una clase de estomatología (que ridículo verdad?) hasta donde pude llegar, seguro estuve pagando mis pecados…

La intervención duro algo de veinte minutos y ahora no hubo peli de las torugas nija, al contrario pusieron música, sí que paradójico no? . Al ritmo de Kingston Town de UB40 le gané la guerra a mi muela la cual por más de diez días me tenía jode y jode. (Les digo algo? , fui feliz cuando me la entregaron y la tuve en mis manos… fue como un triunfo, adiós dolor adiós pastillas que a la larga me drogaban, jejeje adiós maldita le dije)

Y claro cómo no, otra vez tuve que presionar un bendito algodón y las mismas recomendaciones… pucha el trauman volvió, pero claro ahora iba tener más cuidado y no iba terminar en la sala de un hospital ahogándome con mi propia sangre.
Agradecí a todos los mirones que me atendieron y fui a la farmacia a reclamar las pastillas que me recetaron, me las tomé ahí mismo con el solo propósito de dormir algo y así olvidarme del ridículo que tuve que vivir, no sin antes y con extremo cuidado retirarme el algodoncito.

Por la noche hablé con mis padres y se sorprendieron, incluso mi papá me dijo que yo en parte tuve la culpa por no haber ido a tiempo al doctor y pucha me sentí pésimo porque claro tenía razón, pero bueno las cosas estaban dadas yo acostado mirando al techo y jugando con mi muela, con esa muela malcriada que me hizo cometer una serie de carreras en busca de un calmante, la estudié y ya no la odie como al principio y le prometí escribir algo sobre ella, al menos hacerla famosa , como si mucho favor me hubiera hecho. Por eso hoy muchos días después me siento feliz porque no hay más dolor y sobre todo porque no hubo otra hemorragia y porque puedo comer de todo (como en los viejos tiempos) sin preocuparme de nada…


Por último, creo que después de la bronca que le tuve a mi muela, en el fondo hubo algo de cariño, por eso me he sentado a escribir algo que nunca imaginé: LA CRÓNICA DE UNA MUELA PICADA…











MI HERMANA ELVIRA DESDE MI PUNTO DE VISTA...

lunes, 20 de abril de 2009

En la Universidad a mi hermana menor (Elvira) le han pedido una composición donde se describa la personalidad, el temperamento y las características de cada uno, sin embargo mi hermana no tiene esa afición por la literatura como yo la tengo, por lo que me pidió el favor de escribirle un relato con las condiciones antes mencionadas.

A continuación presento lo que escribí por encargo de mi hermana, la redacción es mía y el 5% de las ideas son de mi hermana, podemos decir que es un relato compartido por lo tanto espero sea de su agrado:

Dicen que hablar de uno mismo o decir lo que uno posee, como que puede sonar a vanidad, sin embargo hoy pienso hacer un paréntesis y contarles sobre mi forma de ser. Contarles lo peculiar y lo común de mi personalidad, para eso quiero empezar contando algo de mi maravillosa infancia ya que en esa etapa de mi vida, quizá se dieron algunos hechos que han marcado mi vida y que en definitiva han perfilado mi carácter. Por otra parte quiero poner en claro que esta noche pienso dar lo mejor de mí o mejor dicho emular a mi abuelito Fidel, el padre de mi mamá, quien es un gran escritor incluso ha publicado un libro de relatos y está próximo a presentar su segunda obra

Para mí, los recuerdos de mi infancia son maravillosos, son como un tesoro valiosísimo, creo que en esa etapa se definió mi forma de ser. Es verdad porque desde que tengo uso de razón empecé a coleccionar cualquier objeto que me llamaba la atención, no me importaba si era un palo una bolsa, un pedazo de cartón o más raro aun si era una piedra lo q me importaba era tener algo que fuera solo mio, era una niña que le gustaba cantar, jugar y super soñadora siempre con una sonrisa y con uno u otro gesto q hacia q los demás sonrieran… así era mi niñez en Angasmarca, en ese recóndito pueblito donde he pasado la mayor parte de mi vida. la única que entendía mi mundo mi fantasía era Raquel, mi hermana gemela la persona que amo tanto como a mi madre, pensar que pasamos nueve meses juntas pegadas casi siamesas me da un sentimiento único una ternura que solo nosotras podemos describir, por eso digo que cuando éramos niñas, ella era como mi sombra aunque somos tan parecidas pero al mismo tiempo tan diferentes ella aparentemente es más madura o fuerte por decirlo así y yo un poco más sensible en fin jamás de los jamases nos hemos separado y ahora que estamos en la universidad y veo que nuestras vidas tarde o temprano tomarán rumbos diferentes y me da miedo, me da una sensación de temor como si me fuera abandonar como si ambas nos fuéramos a separar para siempre…

Mi mamá nos vestía igual, parecíamos dos gotas de agua, jugábamos juntas y otras veces con Juan Carlos, nuestro hermano mayor todo era lindo en nuestra casa de Angasmarca donde, en nuestra humilde familia tuvimos lo suficiente para ser felices y vaya que sí porque fueron épocas lindas… mi hermano pedaleaba el triciclo y nosotras en el asiento de atrás sentadas felices todas unas reinas… también tuvimos el amor de nuestra abuelita Bertha, la madre de mi papá siempre maternal ella siempre linda con nosotros (además éramos las engreídas) ella sabía hacer un sinfín de cosas, a nosotras nos enseñó el arte de tejer así mismo sabía hacer pan bizcochos, manjar blanco y etc. Yo la miraba cuando regaba las flores de su huerta, luego con especial curiosidad la veía poner los ramos de flores que adornaban la casa y me quedaba quieta a su lado pues estoy segura que de ella herede muchas cosas como el amor por la naturaleza en especial por las infinitas clases de flores en especial las de color amarillo ( porque es mi color favorito) y todo lo creativo que hay en mí se lo debo a ella y ni que decir de lo detallista que hay en mi soy una persona que siempre está a la expectativa del mínimo detalle en todo. Por eso y un millón de cosas más el año dos mil seis sufrimos como nunca en nuestras vidas y creo que hasta del día de hoy y siempre he de llorar su partida es que se le veía tan bien y de un momento a otro ese absurdo cáncer se la llevó se llevó a mi abuelita Bertha, igual todos la queremos todos la echamos de menos y recordamos con alegría su buen humor, su linda forma de ser incluso mis tíos mi papá, todos dicen que mi fisionomía es idéntica a la de mi abuelita Bertha y desde luego mi forma de ser tiene algo de ella y como si fuera poco llevo su segundo nombre (Elvira), mi abuelita se llamo: Bertha Elvira Flores Díaz.

No es que quiera ser presumida al describirme pero soy una chica de 19 años, alegre , soñadora siempre con una sonrisa, no es que quiera imitar a un payaso pero siempre me gusta tener una sonrisa para las personas, si bien soy toda una jovencita creo tener aún alma de niña traviesa, tímida y algo ocurrente pero al mismo tiempo creo que tengo mucho miedo para reconocer que mi vida ya cambio por completo. En este último año he madurado notablemente; será que el ser la “mamá” de la casa de una u otra manera me ha hecho cambiar obligatoriamente.
Aun que algunas veces me canso y pienso que todo me sale mal. El estrés la preocupación me envuelven en una mar de lágrimas de llantos y gritos, pero luego recapacito y veo que estoy ahogándome en un vaso de agua y desde luego eso no debe ser así y obtengo otra vez muchas fuerzas para salir adelante.
Y qué decir de lo romántico, soy súper romántica y muy sensible como mi mami como si fuera poco sueño con que algún día llegue mi príncipe azul así como en los cuentos de telenovela.

Lo que acabo de comentar pocas veces lo comparto pero me gusta mucho ayudar en lo que puedo a las personas, no es que me causen lástima o algo por el estilo, simplemente me pongo a pensar en las adversidades que les toco vivir. El ser solidaria me hace sentir muy bien, siento que comparto lo que Dios me ha dado y soy de la idea que todos debemos de ayudarnos en la medida de nuestras posibilidades.

Lo que más desapruebo es el resentimiento, la indiferencia de las personas con su prójimo y para variar, este año es mi primer año como catequista en la parroquia de La Noria y eso me hace recordar las enseñanzas de mi abuelita quien desde muy niñas nos encaminó hacia Dios.

Tengo alma de luchadora y me gustan que las cosas siempre sean justas, en cuanto a los estudios siempre trato de estar adelante, pero como todo tiene su lado bueno y malo creo que muchas veces soy impuntual y otras soy muy dura conmigo y muy desconfiada y olvidadiza e insegura también ya que veo mi vida en un mundo de mil colores desde mi cuarto hasta las páginas de mi cuaderno.
Tengo mucho miedo a quedarme sola yo no imagino mi vida sin mi familia aunque no vivo con mis padres pero mis hermanos ellos son mi vida yo los amo muchos y no sé cómo sería mi vida si me faltara uno de ellos …



Por último viene la actualidad, lo que soy y lo que he logrado… después de experimentar con mis hermanos, ahora llevo las riendas de mi hogar (bueno teóricamente) administró la economía ya que mis padres siguen viviendo en Angasmarca por su trabajo ambos son profesores; y soy una suerte de logística de la casa porque tengo que ver que no le falte nada a mis hermanos en lo que a asuntos de alimentos higiene y dinero se refiere (tampoco son uso niños pero me gusta tomarlo de esa manera) en pocas palabras soy la mamá de mi casa . También hago unos trabajitos de manualidades, vendo cosméticos y productos para la salud de los cuales obtengo un dinero extra para el cine, ropa, tarjetas para el celular y más cosméticos, etc)

Estudio ingeniería agrónoma pienso que a mis diecinueve años estoy encaminando mi futuro a pesar de mis defectos de mis ataques de histeria (los cuales son escasos) y mi temperamento variado, soy feliz viviendo con mis hermanos recortando dibujando y pintando mis trabajitos de corrospum haciendo una y mil manualidades y no me arrepiento de las cosas que he venido haciendo y de hecho le doy gracias a Dios por haberme bendecido con unos padres maravillosos y por mis hermanos y por lo que soy , por ser a veces algo tímida, por guardarme algunas cosas, vestirme a mi gusto, reír, ver telenovelas, ser dormilona abrazada a algún peluche (de algún fan)por ser muy aficionada por las cosas dulces y saladas por encantarme la música, los desayunos cortos, los almuerzos largos, por coleccionar cosas antiguas y por ser conversadora y por si fuera poco no tengo novio y como si fuera fácil pienso aprobar matemática dos…

Asi soy yo, me llamo Elizabeth Elvira Gálvez Velásquez… Y si me preguntarían otra vez quien soy tendría que ponerme a escuchar mis baladas para inspirarme y describirme, porque dicen que hablar de uno mismo o decir lo que uno tiene, como que puede sonar a vanidad, sin embargo hoy hice un paréntesis y sin pensar logré escribir estas tres páginas sobre mi colorida forma de ser…