Cuando Romeo despertó muy temprano para ver algo en la televisión, antes que nada la echó de menos y recordó la conversación de la noche anterior en la que algo vertiginosa todo ocurría suceso tras suceso, se sobó los ojos que entre dormidos miraban la claridad al fondo en su ventana, daban mas de las siete de la mañana y de improviso vuelve a pensar en su amorcito se alegra porque han hablado de muchas cosas y por que le dijo que le extraña entonces se acomoda en las entibiadas sabanas a gozar de esa ricura de continuar el sueño hasta que el celular dio su burlesco chillido, y antes de presionar la tecla verde para contestar él sabe que es su encantadora Julieta le dice buenos días le habla lleno de alegría con cariñitos por aquí con un amorcito por allá y del otro lado de la línea ella que acaricia con sus palabras le daba esa primera alegría del día a su Romeo que tanto y así de rápido ha hecho por ella y ha logrado fascinarla con la excelsa idea de ser amores en sitios específicos y a horas limitadas con realidades disímiles y desde luego clandestinamente…
Romeo no lo duda ni un instante y le dice que sí que sí iba por ella que de acuerdo a lo pactado se encontrarían a las once y se verían por primera vez en un lugarcito muy lejos de sus casas, luego ella delicada y compasiva acepta y un viernes sin planearlo, llenos de ilusión, con unas garúas que rociaban la mañana caían insistentes y calaban muy hondo y hacían frotarse las manos a todo mundo, el airecillo frívolo dejaba ver salir ese aliento humeante que emanan las personas al conversar en medio de tanto frío, sin embargo el ambiente no fue determinante para la decisión que habían tomado. Romeo está en camino hacia aquel lugarcito muy lejos de sus casas donde al fin podrá conocer a su entrañable Julieta. Se alista como alma que lleva el diablo, a la vuelta de su casa compra unas mentitas para así apaciguar la emoción y los nervios, lleva consigo una Novela de Gabo la lee de repente y con mucha eficacia esta sentado mirando por la ventana del carro, piensa en que los últimos días han sido lo mas sui generis posible, canta una canción que escucha en la radio pero no recuerda la letra completamente y decide seguir leyendo pero se le cruza en el pensamiento la imagen de Julieta, la piensa así como en las fotografías, y hace una suposición de como serán los minutos en que verdaderamente se conocerán, la imagina así como por internet alegre conversadora y con ese “te extraño” que al pobre Romeo lo pone de mil maneras.
En unos minutos Romeo ya esta cerca muy cerca llegando al lugar del encuentro, lo primero que hace es llamarla al móvil para decirle que ya esta ahí y que donde andaba ella que ya quería verla, pero vaya sorpresa el número estaba equivocado y se le vino a la mente una especie de malos augurios de esos que rompen ilusiones, y su imaginación voló a una velocidad de años luz y se preguntó ¿Quién anotó mal? ¿Quién se equivocó? fue ella o él de repente Julieta desistió del plan y no quiere contestar y quien sabe ya está camino a su casa y ha dejado en nada los planes que encubiertamente han ideado entonces sintió una congoja descomunal caminó presuroso hasta la plaza quizás ella lo estuviera esperando en una banquita mirando el lúgubre color del cielo respirando esa cruda sensación de hacer algo indebido, pobre Romeo sigue caminando supuestamente la ve cruzada de brazos protegiéndose del monótono frio que durante todo el viernes hizo de la suyas miraba para todos lados no podría confundirla, sin embargo no hay nadie su añorada Julieta no está… esos vacios conmovedores lo querían dominar eran como duendes salidos de una mítica fabula. Con la expresión caída, con un desconcierto casi total Romeo decide marcharse no sin antes darle una última vueltita a la plaza, quien sabe y la encuentra es demasiado porfiado acelera los pasos muy pero muy a prisa y el panorama es el mismo su amada no está… se le nota el descontento y decide regresar a casa.
Ahora sí que detesta todo hasta al maldito frio que en el paradero envuelve sube por sus canillas hasta arriba se cuela por entre su pecho a pesar que lleva una casaca, a pesar del desdén que lo embarga no quiere marcharse maldito día gris se ha llevado a su Julieta, lo piensa otra vez y con calma y no quiere irse todo ha sido tan emocionante como para no encontrarla así que entra al internet. Es su ultima opción espera encontrarla ahí para preguntarle el porque no contestó a las llamadas o porqué no está en un lugar visible. Que desesperación para Romeo quería en un segundo tenerla muy cerca no quería separarse no quería regresar sin conocerla sin haber probado ese saborcito inofensivo de sus labios. Todo volvió a su normalidad cuando la encuentra en el msn sin perder un segundo le dice que donde está y que pasó con el celular porque no contesta; luego como si ella se hubiera visto en los mismos apuros le responde al instante que está en un cyber en la plaza de armas rápidamente él le dice ya que la espere y que le diga en que número de cabina está ella responde que en la número cuatro entonces Romeo se reconcilió con la mañana y con ese ambiente invernal que deambulaba de aquí por allá haciendo tiritar a la gente y resfriando niños; es así que él le dice que ya sale que no se mueva de ahí ella dice ok ok y también chau, ahora sí a cruzar la pista a voltear la esquina respirar una bocanada de aire serenarse y estar con ella ¡ser felices!
Julieta sale del lugar indicado él la ve, los dos se miran ella camina hacia Romeo y se saludan echan a andar cruzaron en diagonal la dichosa placita y se explican los percances siguen caminando ambos presa de una tensión que no era para menos se dirigieron a una tiendita que estaba a unos metros por ahí, era una casita de un piso paredes de adobe y un escuálido techo, tenía una sola ventana la misma que daba para la calle , la sala era pequeña y en el poco espacio que había encontramos tres mesitas algunas sillas y entre el marco se mecía una cortina a medio desplegar tomaron asiento y a Romeo le vinieron unas ganas de estrecharla darle su abrazo del que siempre hablan sin embargo le dio una especie de cobardía y no lo hizo, pidieron una coca cola y hablaron acerca de la peligrosa historia que están forjando, se miran de vez en cuando y era de adolescentes tenerlos en una tiendecita echándose un vistazo tomando una fresca gaseosa encima de tanto frio –dicen que las ironías son las que hacen especiales a una relación- de modo que ya pasados varios minutos creo que mas de una docena parecía que la situación iba siendo mas optimista además la tensión y el nerviosismo se evaporaban aunque no por completo; a los dos se le veía el entusiasmo ella estaba muy guapa puso su cartera sobre la mesa, de ratos miraba su celular, iba hasta los ojos de su amorcito, lo oía con minuciosidad –todas sus palabras eran inolvidables- y cuando parecía que él no tenía mas que decir callaba unos segundos fantaseada también y desviaba la vista hacia la ventana por si alguien los podría ver o de repente recapacitaría ya que aun estaba a tiempo para renunciar e irse por donde vino abandonar a su romántico niño; sin embargo sus sentimientos fueron benévolos la hicieron volver sus ojitos obscurecidos donde su acompañante callo un par de segundos parecía confundida mas que eso se dio cuenta de lo que siente por él respiró muy hondo y acarició el momento con su frágil voz, él estaba sumido entre las redes del embeleso no quería postergar el beso deseado, se vino hacia ella al mismo tiempo le toma las manos y hace un esfuerzo su mínimo esfuerzo para darle un beso, ella correspondió con firmeza no se abrazan por que no quieren dilatar la escena, ahora parecen estar mas serenos y Romeo siente que vale la pena desesperarse por ella; luego Julieta respiraba disimulada en inconscientemente, hacia los mejores ademanes ya que su galán la miraba sin interrupción. Sentada para un costado elegantísima, vestía un polo oscuro de cuello alto y tenía una casaca que por todos lados dejaba ver su fascinante silueta; Romeo al frente de la ventana le toma las manos le dice que también la extraña y hacen planes para un futuro encuentro se les nota la franqueza en la expresión y ambos percibieron esa novelesca sensación de querer a alguien diferente de querer a alguien que llegó imprevistamente materializaron sus promesas son los amores mas tiernos y afectuosos del mundo, a esta hora deben estar hablando o deben estar usando el celular para decirse que se necesitan, Romeo y Julieta están viviendo una historia alternativa…
Trujillo 27 de agosto de 2007