ANGASMARCA

ANGASMARCA
Conoce el maravilloso pueblo de Angasmarca

VILLA AZUL

VILLA AZUL
Conoce un lugar Maravilloso

La esperanza también viene en una sonrisa…

miércoles, 28 de noviembre de 2007

El domingo por la noche volví hablar con mi papi, como en los viejos tiempos (exagero pero para mí estos doce o diez días sin oír su voz fue como si hubieran pasado muchas semanas, casi meses, él tiene sus motivos y en algún momento he terminado aceptando su negativa para hablar conmigo). Mi conciencia se vio envuelta en un erial de sentimientos, yo extrañaba a mi padre, yo me había portado mal y él sufría mis miedos, me dijo lo correcto muchas veces, pero otras por inmadurez no pude seguir sus recomendaciones aunque siempre es tarde cuando ya me doy cuenta que debí hacer lo que él dice; sé que algunas cosas no están bien pero las hice, no quiero perder a mi papi me dije un día llorando su indiferencia, llorando las peores cosas que hice, sin embargo en contraste a ese esporádico silencio que hubo con mi padre, estuvo el afecto infinito de mi mami el que hizo levantar en algo mis desalentados ánimos, a veces me veía como un niño (aunque por los últimos sucesos pareciera que si ) no sabia como poder alegrarme con mi papi, nadie sabia lo que su abulia generó en mí y viceversa aunque creo que estos días estuve pensando mucho en mis padres, en algunos momentos fui escéptico como alguna día leí por ahí que si te ponen fronteras o limites te los ponen para traspasarlos sin embargo la voz de mi mami, la que esa semana escuché mas seguido me hacia cambiar de opinión y todo volvía ser como debe ser, ellos son mis padres y están para respetarlos para hacer lo debido… Me vi en el espejo me había crecido la barba, mis cabellos estaban desordenados y la tradicional caspa no podía faltar, no quería estar hecho al olvido me encerré en la ducha por mas de cuarenta minutos, de nuevo pensando en ellos, jugando y cantando, corrigiendo en algo los ánimos, prometí hablar con él ya era tiempo de llamarlo y decirle lo mucho que me hace falta hablarle y que acepte mis disculpas…




Esos días fui prisionero de mi mismo, me agobiaba la tristeza, su tristeza… no podía ser sincero quería regresar a la confianza de otros días pero la soledad y el mutismo que había generado no me dejaban hacerlo… estoy seguro que mi papá sufría mas que yo. Hasta que el domingo por la mañana hablamos de casualidad, mi hermana no estaba y contesté el teléfono, automáticamente noté la extrañeza de volver a oírlo después de muchos días, “hola papi como estas” le dije, temiendo una reprimenda que de por si sería justa, hablamos con aires de reconciliación entonces escuché en el fondo de mi ser el sonido de una canción que me hacía pensar mucho mas en él; vi en el espejo otra vez mi imagen, mi papi me hablaba con más ganas y se le notaba, se sentía como yo y las palabras coincidían eran las que yo quería decirle (es que somos tan parecidos) y hablaba un poco bajo para que nadie allá en el teléfono comunitario de donde me llamaba, se diera cuenta; me cayeron dos gotas luego tres y se vinieron rodando por mis pómulos, circundaron mis mejillas y terminaron goteando sobre el tapete del teléfono, solo le decía papi tienes mucha razón y él seguía hablándome me dice que a él no le importa lo que había pasado pues él sabe que no hay bien que por mal no venga, otra vez disculpa le dije (yo era el que lo perdía por las cosas que hice) - ya hijo - habló con una voz adormecida luego me dijo que haga lo que me había encomendado y que por la noche entraba con mi mami a internet para chatear un poco; se me liberaron por fin las angustias…




Todo el día la pasé pensando en él y por la tarde fui a dejar unas magnolias en la tumba de mi abuelita y le conté lo que ha pasado (que ensimismado estuve esos días pensaba que hablando a solas frente a la tumba de mi mamá Bertha podría aliviar un poco mas mi maltrecha conciencia) la emoción de estar ahí matando la dominical tarde me hizo recordarla una vez mas, creo que era la millonésima vez que lo hacia, la escuché decir con una voz sublime “pequeño diablo” , sí abuelita tiene razón pero ahora ya no estoy tan pequeño ahora mido ciento setenta y dos centímetros, le hablé, entonces me sentí otra vez agobiado y sentí esa compunción de los días anteriores, me limpié el copioso llorar que se veía venir ya que no quería como en la mañana que las lágrimas se me vengan rodando por mis pómulos, circunden mis mejillas y terminen goteando allí en la vereda del cementerio al frente de la lápida de mi abuelita… aunque quise evitar el lamento, no se pudo, sentí como se viene la sangre a la cara y se calienta mas de lo normal, ceñí la entre ceja y estuve cabizbajo como diez minutos…




La tarde se iba terminando y esa malacostumbre del clima de darle por hacer frio cuando ya es primavera cuando el verano ya debe ir seduciendo envolvía sin respeto alguno (no me fastidia al contrario me gustan los días que parecen de invierno así friolentos siempre me han de simpatizar no del todo pero me hacen recordar en los buenos tiempos en Angasmarca). Estuve de vuelta a la casa y quise caminar unas cuadras. A la salida del cementerio ya un poco mas tranquilo alucinando, planeando ser el niño modelo que mi familia espera, saboreando mis mentitas (las mismas que compro cuando estoy por la universidad, las mismas que un viernes ocho de septiembre a las siete de la noche compré para no cansarme de esperar a mi doctora corazón, -que por cierto jamás llegó- hasta ahora la espero es un imposible ya…) miraba la gente que salía en familia del campo santo, en cambio yo solito y con los ojos enrojecidos y con los latidos del corazón que se oían marchitos con las manos en los bolsillos siendo presa de un suspenso que me decía que todo era mi culpa aunque ya estaba enmendado, la conciencia acusa, más si son las seis de la tarde como que a uno le dan ganas voluntarias de estar triste… Atrás mío pasó una camioneta muy grande y de lujo, sé que modelo es y el año de fabricación también (mi afición por los carros) me quedo mirándola, la conduce un señor como de cincuenta años, a su lado va una señora como de diez años menos que la de él sus cabellos eran rubios llevaba gafas negras y un saco elegantísimo; en la parte posterior van dos niños los miro sin el menor caso sin embargo por mi lado derecho pasa a toda carrera un niño como de cinco años, le hace señas al señor diciéndole que pare y que por favor le dé su propina por cuidar de su carro, el señor




frena le dice que no hay nada que no fastidie, el chiquillo le dice que al menos se merece algo por la limpiadita que le dio al carro y del bolsillo de su risible bermuda saca una franela mugrienta se la muestra y le pone cara de tragedia, el señor quiere arrancar pero su esposa le dice que le de algo aun así el sórdido señor pisa su acelerador y nos deja en la escena, el niño me miró yo no pude darle explicaciones y le di unos centavos me agradeció y decidió marcharse entonces viene corriendo otro niño le da otros centavos más le dice te manda mi mamá gracias por limpiar la camioneta y antes de que el pobrecillo niño le de las gracias el otro chiquillo se fue mas rápido de cómo vino, le di una palmadita al chiquillo está dando el negocio le dije, pobrecito se fajó otra vez su bermuda (es que era muy grande, me supuse que era de su hermano mayor o que se la regalaron por compasión) cogió su franela mugrienta y se fue despidiéndome una gran sonrisa a pesar de su carita sucia y de sus ojos tristes esa tarde encontré un tantito de esperanza -la que precisamente necesitaba- mis latidos ya no se sentían marchitos como hace unos minutos y más allá compré una botella con agua mineral y cincuenta céntimos de mentitas, con los traguitos aquellos empecé a disolver mi tristeza, tomé el micro hacia la casa y los indicios de un Juan Carlos risueño empezaron a ser…




Como lo esperaba, mi papi entró por la noche para chatear y hablamos como si nunca hubiera pasado nada… nos quedamos hasta las once, nos vio por cámara web, estuve feliz, desde luego él y mi mami también, todos (era una justa reconciliación). Ya días después me quedé pensando en lo que pasó aquel domingo y me vi en la obligación de guardar ese recuerdo y plasmar con las letras de mi utopía la sonrisa mas sonrisa que he visto últimamente, la del niño del cementerio, ni siquiera sé quien es ni su nombre ni nada, pero a él le debo esta satisfacción de ser el de antes y de vivir la vida con tranquilidad sonriéndole a mi familia escribiendo en la madrugada en la mañana en la tarde de cómo la paso y contando mis días grises cuando no había podido hablar con mi papi.




Hace diez minutos me llamó al móvil me dijo que por la noche entraría para chatear un rato, le dije -ya papi te espero- estoy alegre porque por las noches hablo con mi familia y porque la esperanza llega de unas maneras tan lindas, ya completé tres paginas ni yo me lo esperaba…
Trujillo 28 de noviembre de 2007

Yo a la Sole...

martes, 20 de noviembre de 2007


Yo a la Sole, lo conocí un día de hace un buen tiempo, mas de un año atrás. Yo siempre pregunté por la Sole, es que el modo de cómo la habíamos pasado fue crucial, desde esa noche quise que pasara algo entre nosotros, no separarme de ella… era mas niña y danzamos entre la concurrencia de un desazonado bailoteo…

Las vicisitudes hicieron que hace un tiempo nos volvamos a ver… después me dijo que yo también le simpatizaba

Ya algunos días después estamos juntos y nos queremos y pienso en ella incluso a esta hora 1.33 am
Y otro día me dijo que nació un tres de marzo de 1991. (Trujillo 17 de Diciembre de 2006 )

Después de navidad nos volvimos a encontrar, se hizo a mi dolor estuvo conmigo, en la tarde me obsequió un regalo de navidad y nos quisimos mucho más y estuvimos como dicen los mejicanos todo padrísimo, ella es bien linda sus labios son frágiles y terminados para afuera
Gracias a la Sole tengo muchas alegrías por aquí, ¿mucho tiempo que esperar? Para verla con su falda plegadiza y unas botas hasta arriba bien guapa mi niña, cabello sublime, caderas más que sutiles y los ojitos café; que hará hoy día, mañana hasta que nos volvamos a ver las etéreas caras, a la vez estoy exhausto en este intento por retenerla imaginariamente a la perfección por supuesto…


Tengo tanto que agradecerle a la Sole es que despertó el cariño dentro mío e hizo muchas cosas sin saber si la merecía, en fin, sé que estoy enamorado, yo a la Sole lo extraño demasiado, igual sé que la Sole regresará un día…


De todas maneras nunca pierdo la esperanza, el relojito que me regaló, está en la mesa de noche, me despierta todas las mañanas al alba antes de la universidad, luego con desgano apago su perspicaz alarma, y es lindo pensar en ella cada que veo la hora cada que programo el despertador… eres genial mi Soledad, hoy hago alusión a tu nombre porque cada que paso por los Cedros sigo nuestros pasos y ya no estás, solo esta palabra: la soledad para ambos, aunque anteayer me senté en la banca de siempre gire la esquina hasta el paradero y no estabas tampoco el teléfono sabe de ti… lejano estoy de un amor del cual soy dueño


Hoy día que la Sole esta leyendo esto como que siento el brillar de sus ojos café, además me extraña y entre el oscuro absoluto de mi habitación emergen sus latidos y ambos nos reímos y como todas las tardes siento sus vidriosas manitas estrecharme y al final yo le digo te quiero y ella me dice te amo… nos reímos, se nos pasan mas de doscientos diez minutos desde el encuentro, lástima, se tiene que marchar ojalá no se haya ido jamás y esto sea parte de la noche, sea parte de un lapsus…


Yo a la Sole, lo conocí un día de hace un buen tiempo, mas de un año atrás. Yo siempre pregunté por la Sole, es que el modo de cómo la habíamos pasado fue crucial… hoy día sueño aun con su llegada es mas fácil que empiece a nevar en enero a que mi Soledad regrese, no obstante la soledad quiere apoderarse de la madrugada, las baladas son el paliativo mas útil para dejar atrás la soledad y pensar mucho mas en mi Sole.


Es que yo a la Sole lo extraño demasiado…
Un beso, a la distancia cariño mío…
Tu Juan Carlitos…


Trujillo enero de 2007

La mujer de Carlitos...

viernes, 9 de noviembre de 2007


Es la noche del matrimonio, Carlitos Cruz mas que alegre, hay boda, habrá baile, habrá un banquete, no habrá cerveza, a él no le importa el amarillento líquido, a él nada le llama la atención, solo una esbelta mujer, con curvas mas abajo que arriba… con un tormentoso mirar con un rasgado escote con los pasos que dejan mucho que pensar, es ya una mujer, es la segunda vez que Carlitos Cruz la observa, sin embargo el día de la boda civil la “yegua” no estuvo tan ávida como esta noche, que con tan prolongado escote se pasea de aquí para allá, llamando la atención de cualquier hombre, yo los vi a todos hasta el pastor que realizó el casamiento, volteó su añosa mirada donde Diana Rosa Mautino, que esparrama sensualidad a lo largo del salón. Carlitos Cruz al frente con terno a medias rastrea hasta el mas mínimo de sus movimientos y machaca su puré de manzana y saborea las rebanadas de pollo cual hombre haciéndole el amor, destruye con espasmo la cónica forma de su porción de arroz… Habría que decirle hola puedes bailar conmigo? Tendría que abandonar a la familia para incursionar hacia el fondo del salón donde se afincaron todos los familiares de Diana por supuesto ella también…

Carlitos, tiene mas que diecisiete años y le importa un comino la edad de la susodicha, en unos minutos ya están bailando, ella refriega su espalda en el abdomen del pobre Carlitos, es un escándalo bailar de tal manera en una boda donde la mayoría son señores serios y religiosos, parece que a Diana no le interesa, ella cumple su función de mujer y a Carlitos Cruz se le ha despertado todo, como quisiera tenerla contra su frente y hacerla sentir su sangre…

Los invitados se han dado cuenta del baile inmoral de la Mautino, ella no es tan mujer tiene dos años mas que el pobre Carlitos, como que sienten que deben mantener la discreción y no dejar que el deseo fluya… “hola tu eres la prima de la novia verdad?” “si pues y tú Primo del novio no?” Carlitos Cruz responde afirmativamente, el medio terno esta jadeante, él le pide el correo electrónico por si una tarde se encuentran y hablan de todo un poco, quien sabe puede que sea caballeroso, no obstante la sensualidad posterior de Diana es mas sugestiva, ella acepta y le da el bendito hotmail, Carlitos bondad en mano guarda el papelito en el bolsillo de la camisa, con la mente estimulada se mide el tiempo, el tienen un Casio color negro en la muñeca, mira la hora, beso en la mejilla, ella sigue mirándolo con un énfasis como si dijera “y este mocoso aventado que quiere conmigo?” . Carlitos se siente victorioso regresa donde su familia al extremo occidental de la pista de baile con el correo en el pecho y con la mente despidiendo el futuro y lo que pueda pasar, la hembra se quedó llena de dudas y contradicciones, estudia educación le gustan los niños al menos…

A Carlitos Cruz también le quedaron deducciones el tiempo lo diría…
Después de algunos meses se encontraron en el parque, ella estaba mas mujer todavía, Carlitos con un agosto mas en su vida, teóricamente son enamorados, ambos se necesitan ambos son una sola pasión a veces se repelen otras pocas se aman, igual el sentimiento los ronda…

Él sabe como lastimar él ha sido de lo peor, él ha sido todo menos amor, la Dianita siempre viene a pesar de lo peor, regresa al los brazos a ver la oscuridad como si fuera mucho estar viendo prosperar la oscuridad, su amor a veces estaba prohibido, pero mas veces estaba ofrecido, entonces era verano y ella invierno, se calcinaban el tacto mas de veinte minutos, ella se largaba él suplicaba o viceversa, al fin lo que importaba eras el amor para cosas menores significaba decirse donde vivían, donde ella lo amó. Las diferencias están agonizando, él con su dolencia amatoria ella y sus excusas, de que les sirven si al final todo es lo mismo. Su mano es suya sus labios son suyos sus besos regresan y se miran de frente, Carlitos Cruz se intimida y a la salida la busca para comprar una galleta casino de lúcuma, ella nunca regresa ella todo el tiempo le hace feliz él le debe las disculpas de todo el tiempo, y el beso asfixiado también…

Entonces siente que no puede decir mas por ahora, él la odia y también la quiere sin embargo mas la desea ella es la seducción hecha persona, mientras tanto él es el mocoso que le escribe puterío y medio ella se larga y regresa a su llamado, el Carlitos y la Diana jamás han hecho el amor, parece hoy día parece jamás, al final el cuento termina en lo mismo todos son felices y viven para siempre, lo que es él sigue esperando el amor, sigue esperando a la ideal y sigue consumiendo de su adicción llamada Diana Mautino eso sí, él no la olvida ni le saca de la mente, será por lo que ella hace, pareciera que lo deja enfermizo… por eso yo le escribo con tanto cinismo como un maniático, así los veo a ellos…

Yo también amo a mi mami...

jueves, 1 de noviembre de 2007


Mi mami viene a pasar el fin de semana con nosotros, a parte de eso tiene que visitar al medico, parece que irá donde el traumatólogo –esos dolores en la ingle la tienen angustiada -


Mi papi me llama al móvil como a las seis y me dice que mi mami ya está viajando, que no vaya a la agencia porque mi tío Carlos irá a recogerla en su camioneta. Me da mucha alegría saber que volveré a ver a mi madre, decido no dormir y quedarme a leer algo en internet o tal vez escribir algo sin sentido hasta que sean las dos –la hora en que debe llegar mi mami- . Como a la una y media me acosté y pensaba dormir, al cabo de unos minutos la presentí tocando las rejas, bajé entre dormido y despierto lleno de esa alegría de encontrar a mi madre y tenerla al menos por este fin de semana. Abatido entre la somnolencia y la satisfacción de abrazarla corrí para abrir la puerta y nos encontramos; traía consigo una bolsita su maletín y algún equipaje, cosas que no sé como le hice pero las cargué todas de una sola vez hasta el tercer piso. Como siempre mi madre estaba con la mirada esplendorosa y con una actitud refrescante se le notaba su maternalísima forma de ser, le dije que vaya a descansar, ya hijito tú también me dice y me fui corriendo a la cama a continuar mis sueños alegres… Cuando mi mami nos visita siento de nuevo esa confianza, siento esa seguridad, esa protección que su presencia infunde sobre nosotros, es como un aditivo a mis ánimos incluso hasta se puede dormir mejor.


Amanece, las gemelas se han ido a estudiar y yo tengo clase por la tarde, me quedo dormido a propósito –como para que mi mami me despierte- entonces como lo sospeché viene y me levanta como a las ocho, me dice que si puedo acompañarla a la clínica, le digo que sí que cómo se le ocurre plantearme esa pregunta luego le sonrío, ella también ríe y me dice apúrate… Me alisto, me rasuro y cuando estoy de regreso a mi habitación encuentro a mi mami planchándome una camisa, me conmueven sus gestos, -son únicos- me la alcanza junto a un bivirí, me doy prisa y me visto, es rico ponerse la ropa aun caliente a penas planchadita…


Salimos con algo de prisa, mi mami no toma desayuno porque el medico le dijo que debe ir en ayunas pero cuando pasamos por la esquina de los jugos me compra algo de tomar me dice que no debo quedarme sin desayuno que siempre debo levantar temprano aun los viernes… -que estudio en la tarde- si mami no te preocupes le digo. Tomamos un taxi y voy leyendo cien años de soledad –es el segundo intento espero terminarlo y que no sea como cuando tenia trece años que no entendí ni medio- Primero entramos por los análisis de sangre, una guapa señorita como de mi edad pregunta que quien de los dos es el paciente yo le digo que es mi mami, entonces me dice que debo esperar en el sofá y me pregunta que si deseo leer alguna revista en particular, no gracias le digo que suficiente con Cien Años de Soledad, en seguida se ríe yo también le doy una mirada algo coqueta voltea tan fresca y linda yo le guiño el ojo ella me pone cara de pocos amigos y se lleva a mi mami…


Luego de los análisis, a la salida de la clínica, caminamos despacio, le pregunto como le fue en los rayos x, luego la abrazo, y noto que mi mami aunque quiera ocultar el malestar que lo agobia no puede seguir fingiendo; y me dice que cuando viene al doctor parece que le pasara, es algo psicológico le digo, y volteamos de Bolognesi a Pizarro, el sol rondaba la mañana la hacia calenturienta pero airosa y en la entrada de una quinta en una especie de quermes, pedimos un ceviche para mi y para ella una patita en fiambre, tomamos un lugar y degustamos ese sabor de la comida norteña, conversábamos de cómo iban las cosas en Angasmarca, al mismo tiempo el picante me hacia enrojecer. Como quiero a mi madre, me veía dando soplidos de ardor entre los labios; en seguida pidió una jarra con chicha morada heladita, ya hacia falta le dije, nos reímos y seguimos conversando…


Fuimos a la avenida España y tomamos el carro hasta la casa, llevamos las cosas y luego volvimos a salir, teníamos que ir donde mi tío Carlos ya era hora de irme a la Universidad, me dio pena despedirme de mi mami pero la presencia de mis hermanas me consuela.
Por la noche cuando ya todos estuvimos en casa, conversamos; mis hermanas nos hacían reír, sobretodo Elvira, sus ocurrencias son únicas, me encanta ver felices a las mujeres que mas quiero en este mundo; nos echamos en la cama vemos el cielo raso de la habitación pienso de nuevo en mi mami y en la incertidumbre que ella debe sentir cuando esta viviendo sin nosotros, la amo mucho más… invento un chiste absurdo, hago un esfuerzo por disimular esa agüita que se empoza en mis pupilas y disimuladamente llevo la corriente y seguimos conversando…


Ellas salen de compras, saben que a veces no tengo paciencia para estar con ellas aunque hasta la actualidad mi mami me acompaña a comprar mi ropa e influye en la elección de mis prendas no la reclamo además tiene buenos gustos, sigo siendo su niño decente y me viste con jeans, driles clásicos, camisas y polos con cuellos en fin todo es ropa casual. Por esta vez decidí no salir con ellas y quedarme en la casa, a ver un programa de cable que por cierto no sé si será real o simplemente una farsa, de todos modos igual lo veo, también me quedo porque quiero estar pegado a la internet… ellas me conocen y saben porque no fui de compras (es que me aburro, además es una eternidad esperar que una de mis hermanas escoja algo de vestir, que si el colorcito que si el estampado que si la talla o quien sabe ya cambie la estación ufff, las trabas son infinitas, luego cuando estamos por esas tiendecitas donde venden accesorios para chicas también es otro trajín, van por sus pulseras, que su maquillaje, que sus aretes y una infinidad de productos que se ha inventado para las del sexo opuesto… a esta hora las imagino y me alegra haberme ahorrado esa caminata entre las tiendas del centro ).


El domingo por la mañana, mi mami nos despierta a todos al estilo militar, ya sabemos por intuición que nos toca hacer limpieza, me hace mover, barrer, recoger las cosas del closet, por ratos no soporta ver el sin fin de objetos que estaban regados por ahí, y nos llama la atención, yo me había concentrado en una película que pasaban por TNT y me distraía y dejaba de hacer lo que me habían encomendado y mis hermanas me presionaban me hacían a pagar la televisión, pero igual yo terco prendía la tele y con volumen muy bajito seguía inmiscuido en la trama que pasaban por cable.


Mi mami llevaba el apuro mas apresurado del mundo; es que por la tarde tenía que viajar y me daba pena, sentía de nuevo esa frívola sensación de estar sin ella y me sentaba a la entrada de la cocina y la contemplaba empeñosa limpiando con solemnidad; ya cuando se percata que la observo, voltea sus ojos caramelo hacia mí y de repente asumiendo que con mi contemplación le decía mamita te extraño mucho no te vayas, quédate para que ya no nos de miedo vivir solos, quédate para cuidar de tus hijitos, quédate para que por las mañanas nos hagas jugos de fruta, nos des galletitas con mermelada y nos despiertes a todos al estilo militar… Me miraba y su pena la expresaba en silencio…


Al cabo de dos horas, terminamos la batalla contra el desorden, (yo contento porque encontré mi tercer diario el que ya lo había dado por perdido) mis hermanas se estaban cambiando ya casi eran las dos de la tarde, teníamos que ir a almorzar donde mi tío Carlos, los intestinos me reprochaban algo de comer y a varios metros se notaban esos soniditos medios extraños que exigen algún alimento en las entrañas. Tuve que esperar diez minutos más porque a mi hermana se le dio por ponerse un polo ligerito, y con este clima que no se sabe que va pasar, se desanimó y tuvo que volverse de la puerta para ponerse uno con manga larga y cuello alto, “hay Elvira acaso te vas a una fiesta?” le digo, yaaa tu que sabes de estilos me dice , al mismo tiempo recoge sus cabellos crespos oscuros con una especie de ganchito medio extraño; me mira con una sonrisa sarcástica y me deja parado para ponerle seguro a la puerta, y se va saltando misma niña toda ella brincando un pie luego el otro, me quiero quejar pero no, de repente está viviendo su momento. Prefiero alcanzarlas ya están por el parque, voy corriendo atrás de mi mami y de pronto se remontan a mi mente los recuerdos de cuando era niño y corría muy rapidito atrás de mi mami ella se alejaba un poco como para darle emoción a mi carrerita, luego se volvía hacia mí y me tomaba de brazos, me alzaba muy alto; y clarito recuerdo que veía el mundo hacia abajo lo veía con temor porque a mi siempre me han atemorizado las alturas, pero como estaba en manos de mi mami, me extasiaba estar suspendido a no más de 1.65 metros además creo que aquellos días yo tenía cuatro años…


Por la tarde volvimos a la casa, ya su equipaje estaba listo, yo fui a la avenida por un taxi, y para cuando ya estuve en la casa ellas esperaban en el jardín, nos apuramos y fuimos a despedir a mi mami nunca dejamos de conversar y reíamos a medias, sobretodo yo que ya me había hecho a la idea de estar con ella, se me hacía de quebranto ir a despedirla, la extraño y mucho, no cabe duda que con tenerla aquí a lado un haz de tiempo es suficiente para acostumbrarme a su presencia y estar de caprichitos como para no dejarla ir (lo mismo pasa con mi papi, por eso que muchas veces cuando los dos vienen y tienen que irse nos ponemos a llorar, mi papi toca el claxon y se lleva a la mujer que hace veinte años me tuvo de vacaciones dentro su vientre) . Son mas de las seis el ómnibus ya va salir, mi mami tiene el boleto con el numero diez, me encargo de que hayan subido sus cosas, la mayoría de pasajeros han abordado el carro y fue el desfachatado frio del ambiente el que una vez mas confabuló a mi favor, ya no quise que mi mami me vea con los ojos rojos, al contrario me reí tantito mas, la abracé como dijera algún sobrinito mío o cualquier chiquillo: la abracé fuertote, ella me pidió que me porte bien que por la noche no me olvide de cerrar la ventana, ahhh también me dice que en el estante de la cocina ha dejado galletas y que ha comprado mermelada, algo de leche y fruta, ya gracias mami le digo, y sé que sus lentes ocultan un poco la tristeza de dejarnos solos otra vez, sube al ómnibus con su bolso gris oscuro -seguro que cuando Elvira lea esta parte dirá corrección: era color grafito- en fin como suele decir ella tu que sabes de estilos…


En otro momento, ya de vuelta a la casa con la ausencia de mi mami a cuestas; fui a la señora del frente, a tomar una coca cola a sentarme en el parque a ver la luna que como pocas veces inundaba la ciudad con su blanquecino resplandor, entonces pensé en mi papi me alegré por él ya que mañana estará junto a mi mamá, lo imagino de repente en la mina o conduciendo su carro oyendo música del mp3 que grabamos juntos la ultima vez o quien sabe saboreando la relajante sensación de un cigarrillo, miro al cielo, miro a todos lados me conmueve esta realidad, tomo un trago y otro y pienso que algún día así como de niños volveré a vivir con mis padres, correré tras sus pasos quien sabe y volvamos a jugar nintendo, y elevemos una y otra cometa, salgamos juntos de paseo y con mi papi viajar así como siempre, por la noche de madrugada y a toda hora anhelando realidades que de seguro en el futuro serán … Hoy es otro día mi mami llegó muy bien me lo dijo por teléfono, yo aun la necesito –bueno toda mi vida necesito de ella- me he puesto a escribir como para desahogar esta tristeza de vivir en este diminuto universo llamado tercer piso. Es de mañana ya estoy por terminar esta crónica de cuando mi mami viene a vernos; las cortinas están tendidas vislumbran ese calorcito de las diez de la mañana; he puesto una balada del recuerdo y siento con urgencia que necesito a mis padres, veo nuestras fotografías las acerco, lo mas próximo a mis ojos, otra la pongo de fondo de escritorio, el sentimentalismo quiere invadirme pero es muy de mañana como para estar siendo presa de suceptibilidades, y mejor me tranquilizo pienso en las risas de otros tiempos, en las alegrías de mi papá, en las insistencias de de mis hermanos, y en el reír sereno de mi mami. A esta hora como para terminar, esta bien, cambio la música a algo mas alegre y sigo comiendo las galletitas con mermelada que me compró mi mami…

Con amor para mis padres,,, Juan Gálvez y Luz Velásquez.
Trujillo 01 de noviembre de 2007