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ESTAS PANZÓN...

viernes, 13 de noviembre de 2009




Juan Carlos estas gordo? Me dice Victor Ebert, acabo de encontrarlo en una empresa de transportes y es la última persona de otras tantas que han advertido este esferoidal aumento de mis entrañas…



Admito que con estos tres vasos de agua al día (que son para mí como el combustible es a un auto) mi inconstante digestión ha mejorado notablemente y con ello mi apetito ha aumentado y se me ha dado por comer más de lo normal (sobre todo en el almuerzo) no me he dado cuenta de que a mi barriga se le dio de pronto por inflarse tantito, aunque a veces la ropa pegada o al menos ese par de polos ajustados pueden a uno hacerle ver algo rechoncho, lo cierto es que un día por ahí me encontré a Analy y después de una rápida conversación me dijo que me veía panzón que eso me pasaba por andar tomando mucha cerveza, bueno no puedo negar que ahora la cerveza y yo llevamos una relación frecuente sin embargo esa no era excusa o motivo como para que mi barriga haya aumentado significativamente, chau panzón me dijo al despedirse.



Yemine, aunque en realidad se escribe Jeminne, en La Noria apenas nos encontramos para dirigirnos al paradero me dice:



-¿recién has almorzado?-
-si hace una hora casi- contesté
-umm a yaa-
-¿Por qué?- volví a responder
Y luego vino como un baldazo de agua fría:
-lo decía por la pancita-



En ese momento como un eco que resonaba como un disco rayado dentro de mí, las palabras: panza, pancita, barrigón, gordo, zumbaban mi mente.
Solo me quedó defenderme con una sonrisa fingida y decir:



-a si es que pucha tu sabes los hombres tenemos un apetito voraz –
Y creo que al fin me entendió y me dijo:
-ajam tienes razón, ufff si supieras, mi hermano parece un cerdo come como pagado-
Y creo que esas palabras me aliviaron de alguna manera porque era obvio que no era el único panzón sobre la tierra.



Cuando estuvimos en el parque Los Alcanfores, Yemine me dice que va muy seguido al GYM y que fácil podíamos ir juntos ya que necesito aplanar mi abdomen y medio burlona me palmea la barriga, sinceramente eso no me gustó para nada, aunque haya sido una broma, era algo absurdo porque en realidad no estoy panzón como ella dice, en fin la paranoia de mi súper panza ya estaba sobre ruedas y yo cada vez andaba más preocupado por ese tema.



Camino al mercado que está a la vuelta de mi casa, haciendo esas ocasionales compras para el almuerzo (previa lista hecha por mi hermana, la chef de la casa) por ahí había un añoso señor de esos que parecen jubilados de los miles que el estado ha abandonado con un rotulo que decía:



“CONTROLE SU PESO: s/. 0.20”



Yo paranoico por la idea de haber empezado una vertiginosa enchanchada, no lo dudé y saqué esos grandiosos veinte céntimos y me subí a la balancita, la aguja llego hasta los setenta y cuatro:



-menos un kilo de ropa, setenta y tres kilos joven-
-todo en orden no maestrazo???-
-si claro además eres alto estás bien-
Ufff una buena noticia, era magnifico, no estaba obeso como pensaba, además así son, las mujeres nada está perfecto para ellas, tampoco soy un Atlas, pero paso piolín.



Mi hermano ha llegado desde Huamachuco (donde trabaja), por la mañana entra a mi cuarto, abre la pagina web del banco de la nación y revisa su saldo, yo aun en mi cama lo saludos, llegó mi hermano, eso significa chelas (eso es algo inherente en cada visita que hace a la casa).



-como estas Gatorade-
-bien aquí pes huevon y tú??- Y nos abrazamos
-por allá pes la chamba tranqui-



Y la sombra de Sancho Panza volvió a seducir:



-Ohee esa guata chelera ya me igualas on-
-nada no pasa nada te parece on-
-más tarde unas aguas frescas?-
-ya chévere- Y se va el panzón, bueno él si es panzón porque su estatura no le ayuda, no es un retaco pero a legua lo llevo como un kilometro de altura… no mentira.



La intriga mata y me puse a buscar información en internet para descartar a la cerveza y bueno encontré algo gracioso en un foro:



- Muy buenas, mi novia siempre me esta echando en cara que cuando salimos a tomar algo siempre me pido una cervecita bien fria (es mi pasión para que engañarnos). Dice que tanta cervecita tanta cervecita al final se me pondra una pancha al estilo de Homer Simpson.
Creeis que la cerveza de verdad engorda? Yo soy de los que piensan que lo que realmente engorda es el picoteo con que la acompañamos.
Un saludo-





Esta otra nota también la encontré en internet hace unas horas en mi búsqueda de alguna información que no haga quedar mal a la cerveza, y que me haga sentir menos panzón:



- engorda y mucho, por la levadura, de que esta hecha recuerda que es cebada, y se comporta como un carbohidrato, si quieres perder peso debes dejar de consumirla, en general es buena idea dejar de ingerir bebidas alcoholicas pero si no puedes evitarlo bajo ningun costo puedes tomar maximo 2 tragos de whisky a la semana solo con agua –



En definitiva pienso que es verdad que si he subido el volumen de mi barriga, acepto que me preocupa que sea un aumento progresivo y termine como Papá Noel o Diego Maradona en sus peores épocas (aunque lo dudo), creo que es tiempo de dejar esta vida sedentaria y empezar hacer algo de deporte creo que volveré a las canchas… a todas sin excepción… la cosa es que no tengo con quien jugar al amor…

Post Data:
- Este post no hubiera sido posible sin la llamada de atención de:
o Analy, quien fue la primera en decirme panzón.
o Yemine o Jeminne, quien me recomendó ir al GYM.
o Mi hermano Luis, quien entre bromas me dice que ya tengo mi propia guatita chelera.
o Victor Ebert, quien fue el más sincero porque nos volvimos a ver después de siglos y advirtió mi panchonchina.
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ESTE VIDEO ME HIZO LLORAR CUANDO TOME COMO 20 CERVEZAS CON MI HERMANO




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Las Chicas del Pasado (Parte IV - Borrador)

jueves, 5 de noviembre de 2009






IV






Posiblemente cada persona al momento de recordar las épocas más importantes o alucinantes de sus vidas tal vez piensa en su niñez o en la secundaria o en la universidad (claro cada persona es diferente y ha vivido cosas totalmente distintas) sin embargo lo que escribiré a continuación es una repaso de lo que me tocó vivir a partir de agosto del año dos mil dos cuando yo tenía quince años y el destino hubo de reunirnos para en adelante vivir nuestra primera historia de amor, (aunque yo venía de una serie de desabridos sucesos por los amoríos fugaces que viví) o sea llegaba el primer amor (porque lo juro fue la primera persona de la que me enamoré así con puntos y comas o como podría decir Vargas Llosa, me enamoré como un becerro) y más lindo aun yo era su primer enamorado. El que le iba dar el primer beso de su vida...






Por eso he decidido que esté capitulo debe ser el más enternecedor, el más serio porque en simples palabras lo que vivimos ese año y los posteriores fue lo más hermoso que he vivido hasta antes de cumplir veinte años y desde luego ella, mi inolvidable Julieta nunca jamás y pase lo que pase, se ha de borrar de mi mente…

No busco cansar a nadie, ni mucho menos mostrar una empalagosa historia, simplemente me ha sido inevitable no ser extenso; es que quiero contarlo todo (obviamente todo lo que se puede contar) pues esta noche (siete años después) sigo viendo aun sus fotografías y he recordado todo en un segundo y siento nostalgia al pensar que ella es de otro cuando yo en ocasiones he sido de otras… y peor aún sigo marcando: 94XXX8949 con la absurda esperanza de volver a verla personalmente…

Todo porque me gusta escribir: y como muchas veces, mi afición por las letras (que si un relato, que si cositas románticas) fue la causante de mis amoríos. Esta vez, en aquel memorable agosto el profesor Armando se dio cuenta que en percentil había quedado en primer lugar y que las notas que publicaba en el periódico mural llamaban la atención, entonces fue así que decidió inscribirme en un taller de corresponsales escolares que organizaba el diario La Industria de Trujillo, en el que yo y un compañero íbamos a representar a nuestro colegio, si los planes salían bien íbamos a viajar a Trujillo en una semana (es triste y a la vez emotivo, pensar en aquellos días porque muchas cosas simplemente se daban y yo ni por casualidad pensé que mi historia de amor estaba a punto de comenzar…).

Quince de agosto del dos mil dos (así lo tengo anotado en mi diario) el profesor Armando habló con mi mamá para solicitarle el permiso correspondiente pues en menos de una semana viajábamos a Trujillo. Mis padres aceptaron y yo estaba saltando en un pie. -irá con Julieta Sánchez Mendoza - le dijo el profesor a mi madre.

Indiscutiblemente cuando escuché esas palabras no lo podía creer, ahora ya no saltaba en un pie, ahora saltaba en un dedo… Simplemente era una sorpresa, era algo increíble, era como en esas escenas de las películas cuando recibes una súper buena nueva y abres la boca y te la tapas con la mano como para no escandalizarte… tenía que contárselo a Carlos lo más pronto posible porque yo no podía cargar con tanta alegría al mismo tiempo…

-ya pes ‘tonces tendrás que hacer algo allá en Trujillo – me contestó un escéptico Carlitos, después de escucharme.

Llegó el día: Viajé con el profesor Armando aunque Julieta viajó por separado (con su mamá) daba igual porque en Trujillo de hecho íbamos a estar juntos (juntos pero a la vez vigilados por su madre ¿Qué romántico verdad?)…




Nuestro trato empezó retraídamente… es que las cosas con ella no iban a ser como mis relaciones anteriores, pues desde que la vi tiempo atrás en una fresca tarde de mediados de julio mientras yo caminaba a lado de una larga pared de adobe la cual emanaba un calorcillo febril que a esas horas durante los días de verano de finales de julio es cosa de todos los días; la distinguí como a veinte metros y tímido y presa de mi propia vergüenza, traté de esconderme, sin embargo descubrí que todo iba ser inevitable…




Entonces la vi caminando por la vereda del frente y en sentido opuesto, en compañía de Celia (su mejor amiga) ambas vestían el buzo deportivo de nuestro colegio, que por esos días celebraba las olimpiadas Herodianas. Pasaron sin el menor caso, a pesar de eso volví la mirada para verla sin que ella tuviera la sospecha de que la observaba lleno de curiosidades y encantos ahí arrimado a un poste de luz, pensaba y buscaba explicaciones de cuándo y cómo pudo haberse robado mi corazón sin que yo haya tenido la menor idea (aunque años atrás cuando éramos más niños yo había tenido conciencia de que su sola presencia era la causante de esa electricidad que me apocaba como a un tonto. Como olvidar los días cuando éramos niños y la veía (lleno de sigilo) ir a la tienda acompañada de su madre y su hermana para comprar figuritas para un álbum que en ese tiempo fue una fiebre en Angasmarca (era uno sobre los atractivos turísticos del Perú) o como olvidar aquel invierno cuando recibíamos catecismo por parte de las monjas del Buen Socorro, como haber olvidado esa semana santa y también un día cuando juntos pero distanciados hicimos la primera comunión…) de que mi corazón había caído por primera vez en los tramites iniciales e inocentes de un amor triste y sincero que hasta la actualidad ha dejado remanentes que son difíciles de eliminar… la vi por vez primera (de un modo distinto como suelen decir las canciones de amor: “como ve un hombre a una mujer”) tan tierna y niña, sus cabellos claros tan lindos su mirada inquebrantable su lunarcito serafín que tiempo después hubo de ser la sublime inspiración de las incontables cartas de amor que le empecé a escribir con un entusiasmo y ternura nunca antes visto… todos los días me acordaba de ella era obvio que mis quince años eran plenos…

Esa tarde como a las cuatro, después de verla pasar sentí que no eran ni electricidad ni mariposas en el estómago ni mucho menos vergüenza las cosas que estaba sintiendo, simplemente entendí que me había ido enamorando de ella desde el tiempo de las clases de catecismo y que subconscientemente la quería aunque hayamos pasado tiempos difíciles, por las competencias en el colegio de mi grado versus el suyo y aunque yo haya muerto en mi gélida ley de la indiferencia, empecé a planear como iban a estar las cosas a pesar de que iba ser difícil negar mis sentimientos o sea ir en contra del tonto orgullo y de una buena vez darle rienda suelta a mi apurado corazón …

-lo haré- pensé
-aunque ahorita mismo no, pero debo hacerlo está linda la Julieta…- hablé conmigo mismo como un desquiciado parado de codos en esa pared que daba su tibieza de verano… no le conté a nadie, mucho menos a Carlos (aunque me sentía en la obligación porque nosotros nos contábamos todo…) vagué un poco por las calles polvorosas del pueblo y ya muy venida la noche escribí cosas inexplicables en mi diario y me quedé dormido pensando en ella y en si le iba decir ese hola (tal vez en el colegio, o en la próxima vez que se me iba cruzar por la calle) que por cosas desatinadas se había convertido en un silencio glacial…

Ahora al recordarlo, veo como imágenes fugaces los momentos caminando por los sembríos de frutales en Chao y paseando por la atarjea del proyecto CHAVIMOCHIC, tomándonos como seis o siete fotos tímidas… yo ingenuo nada fotogénico a su lado (guardando mi distancia) y ella con la misma expresión que ha conservado hasta el día de hoy (solo basta ver su hi5 para comprobarlo) a mi lado posando para una foto que ahora busco con locura… Hicimos un taller relámpago de periodismo en una universidad que tiempo después me hubo de albergar, visitamos la imprenta del diario en mención paseamos en unos buses brindados por la Universidad Nacional y todo el tiempo ella escoltada por su madre (o mejor dicho su madre a lado de nosotros) y yo esperando el momento para actuar pero nada… la verdad perdí las escasas oportunidades que pude tener como la mañana en que estábamos en la casa editora de La Industria, solos tan solos que sucumbí en mis temores, en mi inseguridad que todo lo que tuve pensado se me quedó en la punta de la lengua y me fallé a mi mismo porque ella me miraba, daba vueltas por ahí como si advirtiera mi pensamiento pero claro yo incierto no le dije nada…

Mas demoré en entusiasmarme con el viaje que en regresar, aunque no puedo negar que estuvo divertido conocer la UPAO, la imprenta, el paseíto y eso de recolectar fresas en un fundo en medio del desierto y modestia aparte al día siguiente salimos en una nota en el diario, éramos noticia con foto y todo, ya que fuimos los únicos participantes del interior de la región… cuando volví a Angasmarca y le mostré el diario donde aparecíamos en una foto en blanco y negro en que una Julieta llena de ternura y yo distraído fingíamos una sonrisa que tal vez pudo ser el indicio de nuestro triste amor -que como lo repito- hasta el día de hoy ha dejado remanentes que son difíciles de eliminar, incluso me he puesto ha pensar en que yo podría estar viviendo el papel de Florentino Ariza del grandioso “Amor en los tiempos del cólera”… aunque lo dudo.

-como siempre no hiciste nada seguro- se burló de mí el gran Carlitos.

Como se notaba que me conocía y que sabía que con Julieta las cosas no iban estar tan simples como con mis anteriores chicas, es que hubo un día en que le conté a Carlos que con Julieta nada era igual, absolutamente nada… y él lo comprendió porque lo dije seriamente y como él solía decir:

-tu cara de baboso lo dice todo-

Lo que pasaba en realidad, era que yo la veía tan niña y a la vez linda y lo peor era que en esos días tenía una mentalidad estúpida porque pensaba al igual que Carlos que mientras más chicas uno podía tener más hombres éramos por eso tuve cinco minutos de conciencia y pensaba que con Julieta no debería jugar - con ella no- porque ella no se lo merecía y por ultimo también pensé que yo no me la merecía porque yo era en sentido figurado lo que una vez me dijo Alina en la puerta trasera de la casa de sus abuelos:

-eres un perro, pero igual te quiero…-

De manera que dejé que pasen los días y el recuerdo bonito que nos trajimos de Trujillo quedó ahí porque obligatoriamente todos mis planes para con Julieta se vieron postergados por culpa de mis torpezas y de mi voluble forma de ser... o mejor dicho por lo que pasó en los últimos tres días del mes de agosto cuando se celebraban las fiestas patronales y mi tranquilidad sentimental empezó a apuntar donde Natalia…(para mayor información leer la parte III)




La segunda semana de septiembre, después de restablecerme de lo que pasó con la niña fantasma, en el cole’ arrancaron los exámenes bimestrales, estas son algunas notas que recuerdo:
- Diecisiete y medio… en el curso de la profesora Yolanda
- Un austero trece en biología con el profesor Rufino.
- Quince en Computación, con el profesor Cleydi
- En matemática, ummm no lo recuerdo.
- Etc.




Aquí voy con una frase tan usada por todos (que siempre me ha gustado):

Muy temprano por la mañana, muy a última hora por la tarde, tenía que verla, era sí o sí, yo no podía pasar un día sin ver a mi Julieta… ahora no habría niña fantasma que se interponga… ahora éramos ella de trece años y yo de quince, ahora Julieta era lo único precioso que residía en este corazón que poco a poco iba dejando atrás el recuerdo fugaz de la niña fantasma…
No encontraba la manera de hablar personalmente con Julieta y era evidente que moría por ella, a la hora del recreo a las diez y media de la mañana, todos los días no la perdía de vista a lo mucho un hola como para empezar, luego Carlos con Celia hicieron que nuestra debilitada amistad fuera más allá…

-Escríbele una carta Juan…- Me recomendaba Carlitos.
-¿Una carta? –
-Si pues sonso una carta de las de amor… declárate en una carta, así el negocio te sale más barato y te evitas el roche.-
- Si caballero nomas, será una carta…-
-Ta que eres una rata primo…-
-Jeee pa que tan los amigos-

Camino a casa, rondaban las ideas, no sabía cómo empezar, mejor dicho no podía ordenar mis ideas y ya en mi habitación en la cama mirando al techo pensaba en una introducción, mejor dicho planeaba mi declaración de amor, pensaba en cómo podría empezar mi valerosa declaración de amor, para eso cogí mi diario e hice la siguiente lista:

-desde que te vi me enamoré de ti- No para nada eso suena muy clásico eso es huachafo, es algo tan cotidiano es algo tan usado como si dijeras “la unión hace la fuerza…”

-hola espero que leas esto, primero te hago llegar mis saludos- Peor eso suena a carta formal como si me estuviera dirigiendo a una institución del estado.

-con el debido respeto que te mereces - Agg no eso suena cómico.

Mi tormento murió cuando ya muy entrada la noche después de muchos intentos fallidos algo alivió mi estancada inspiración: Una fotografía.

En mi maletín muy pero muy camufladas, estaban las fotos tímidas que nos hicimos en el paseo fugaz a CHAVIMOCHIC… yo ingenuo nada fotogénico a su lado (guardando mi distancia) y ella con la misma expresión que ha conservado hasta el día de hoy (solo basta ver su hi5 para comprobarlo) a mi lado posando para una foto que ha quedado también en este fichero imaginario de mis recuerdos, por momentos le doy zoom y la acerco cada vez más con el simple objetivo de ver sus pestañas de princesa, su carita de trece años, su lunar, sus labios con sus comisuras indelebles que gracias al cielo llegué a besar…

Y escribí como un imprudente, con mi letra ligada, quizás la más fea del colegio y lo peor, en una hoja cuadriculada de mi cuaderno de matemática, aquí un fragmento de mi nostálgica inspiración:

Que te quiero, que escribo tu nombre por todos lados, que eres la niña más linda, te busco pero siento miedo tal vez pánico… te miro de lejos y tu también creo… igual tus ojitos me miran aunque tú no… tengo miedo de todo, tengo miedo al escribirte esto y no ser exacto, te quiero, no sé que mas decirte.
Solo pienso en estar contigo, quiero que seas mi chica, te quiero desde hace mucho tiempo y sabes te pido perdón por escribirte esta carta por no dar la cara, somos amigos pero no sé lo que pasa… igual prometo buscarte te lo juro hablaremos… recibe esta carta como un acto desesperado, te quiere
Juan Carlos

Angasmarca 13 de setiembre del 2002. Los presentimientos no existen, por el contrario uno los origina. Después de dar examen de biología lleno de tensiones porque uno no da todos los días sobre todo en secundaria un examen de veinte preguntas de las cuales diez son para rellenar, cinco para marcar y otras cinco para relacionar, ofuscado esperé el recreo para preguntarle a Celia o a Carlos si habían noticias, estaba casi en estado de paranoia, tenía miedo por jalar ese examen y por otro lado pensaba en Julieta, que impresión habrá tenido?, aceptaría?, me escribiría?




Moría por salir y correr donde Carlos a preguntarle lo que sea, pero el tiempo era el más lento del mundo, me estaba volviendo loco y la campana no sonaba fue una eternidad, creo que pasaron siglos hasta que pude salir…




A penas salí del aula tuve que luchar con ese conglomerado de alumnos de todos los grados que corrían como locos, me dirigí hacia el salón de Julieta y se asomó Carlitos por ahí, enseñándome un papel blanco, ¡era la carta de Julieta! , el presagio se hizo realidad, Carlos lo traía como si fuera una bandera, me lo enseñó de lejos muy lejos el maldito como enseñándole el juguete a un niño desesperado, lo sabía pensé, sabía que Julieta me escribiría, bien!!!


“Juan Carlos, lo que te dijo Celia es verdad y quiero que sepas que a pesar de lo que te voy a decir el lugar que yo ocupo en tu corazón, tu lo ocupas en el mío y que me gustas como eres.

Yo por ahora no puedo estar contigo, porque tengo miedo de que empiecen las habladurías y lleguen a oídos de mi mamá y pierda la confianza que tiene en mi.
Entre tú y yo aun no pasa nada pero a mí ya me están fastidiando y los que escuchan eso me miran con una cara que me hace sentir incómoda y eso no me gusta. Y por ahora seamos solo amigos”




(en mi diario transcribí la primera carta que me escribió mi Julieta, ahora que repaso mi cuaderno de memorias he visto que el día en que recibí esa carta fue el día diecinueve de setiembre del dos mil dos)




La leí como cuarenta veces, estudie cada párrafo cada oración, le buscaba el mensaje oculto, quizá el sí esperado venía codificado, nunca encontré el código, en consecuencia esa noche dormí escuchando “La Margarita dijo No” de Alejandro Sanz…Bajo la lluvia bajo el sol la margarita dijo NO.




Continuará…


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* ESTA CANCION ESCUCHE CUANDO JULIETA ME DIJO QUE SOLO PODRIAMOS SER AMIGOS