ANGASMARCA

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Biografía de mi Abuelita

miércoles, 20 de agosto de 2008



Los Angasmarquinos de tiempos pasados o quizás escasas personas de mi novel generación supongo (y espero no equivocarme) debieron conocer a esa gran persona, a esa admirable mujer que fue mi abuelita Bertha, aquella “señora Bertita” o simplemente “doña Bertha” como mucha gente solía llamarla. Por lo que cuando nos dijeron acerca de la publicación de una pequeña semblanza de la que en vida fue mi abuelita, la señora: Bertha Elvira Flores Díaz, nosotros los familiares mas cercanos, nos sentimos muy complacidos por tal consideración de modo que yo en calidad de nieto directo me animé a escribir estas líneas en las que a grosso modo iré describiendo algunas etapas de su vida.


En definitiva espero con este breve relato mantener vivo ese cariño que mucha gente (Angasmarquinos o no) le tuvieron a la octogenaria madre de mi padre… ya que ella fue protagonista de una generación de antaño que por estos días nos abandona de a pocos, aquella generación de otros tiempos de esos buenos tiempos cuando la gente de nuestro amado Angasmarca era como una pequeña familia y donde todos conocían a todos, donde las casitas eran contadas y sobre todo cuando la tradición y la fe por nuestra Santa Rosita era la razón de ser en aquellos días que nunca jamás volverán a ser…


Bertha Elvira Flores Díaz (1923-2006) Nació un 11 de octubre de 1923 en El Carrizo en una pequeña casita ubicada entre las parcelas que pertenecieron a su padre a cinco minutos del pueblito de Angasmarca*. Hija de don Manuel Flores que también era Angasmarquino de nacimiento y de la señora Amalia Diáz de ascendencia Cajamarquina. Bertha Flores, encaró la fatalidad de la vida desde muy niña, ya que aproximadamente a los cinco años sufrió la muerte de su hermano menor y peor aun poco tiempo después tuvo que enfrentar la perdida de su madre, por lo que Rosa Flores hermana de su padre se hizo cargo de ella, y se encargó de su crianza y su educación ( por lo que ella contaba la llamaba “mi mamita Rosa” ) hasta su adolescencia, en que su padre le enseña el oficio de costurera, el que le sirvió para toda su vida incluso muchos años después cuando tuvo a sus hijos y pudo sacarlos adelante.


En su juventud se dedicó a la sastrería, a las labores de la casa e incluso a los trabajos en el campo a lado de su padre con quien desarrolló una confianza y un amor inmenso por tales motivos empezó su eterna afición por las flores y el tejido. Así también participaba jugando voley para su querido club, “Unión Progreso” a lado de chicas de su época entre ellas (Rósula Valverde, Bertha Gálvez, Elvia Valverde y muchas más). Del mismo modo fue conocida por su extraordinaria habilidad para la elaboración de bizcochos de Chancay, panes y mucho mas, tuvo tanta destreza en el arte de la pastelería que incluso en aquellos años usaba el “concho” de la chicha de jora para el fermento de modo que sus bizcochos obtenían una exquisitez única.


Aquellos sufrimientos que acarreó desde su infancia debido a la muerte de su madre y su hermano así como las frecuentes necesidades que padeció, se borraron con la llegada de su primer hijo: Carlos M. Avila , al que crió desde muy niño sin la ayuda del padre de modo que tuvo que luchar interminablemente por si sola, de igual modo sucedió con su segundo hijo Juan F. Gálvez Flores. Es entonces que se aprecia el esfuerzo enorme que realizó al asumir la difícil tarea de ser padre y madre en pos de la educación de sus hijos. Años después el primero se recibió como policía y el segundo terminó sus estudios universitarios y se graduó como licenciado en educación, ambos trabajaron en Angasmarca demostrando así esa contribución por la tierra que los vio nacer.


La mayor parte de su vida la vivió en Angasmarca, aunque pasaba temporadas con sus hermanos y familiares en las ciudades de Lima, Ilo y últimamente en Trujillo, fue muy apreciada por las personas que a lo largo de su vida fueron testigos del sacrificio que le tocó sufrir para educar a sus hijos, de ahí el vació que el pueblo de Angasmarca sintió cuando un veinticinco de diciembre de 2006 a las diez y media de la noche, presa de una grave enfermedad y rodeada de todos sus hijos, nietos y nueras, dio ese su ultimo suspiro, aquel que se ha quedado grabado en nuestras mentes (como capitulo de una película que nunca termina) como ironía del destino nunca mas volvió a su Angasmarca querido, dejándonos afligidos victimas de un quebranto inmenso y con una tristeza que solo el tiempo a veces intenta hacernos olvidar sin embargo todo el tiempo recordamos (así como hoy) aquella su eterna alegría llena de esas sus lindas y ocurrentes bromas que la caracterizaron y en nuestra casa a veces pareciera verla sentada tejiendo sus tapetitos blancos, regando sus rosas rojas que hasta la actualidad florecen o simplemente verla caminar de aquí para allá muy temprano desde las seis muy maternal ella, dueña y señora de su casa, esa casa que nos ha visto crecer… y que algunas veces nos hace extrañarla con las fuerzas del corazón…


Juan Gálvez Velásquez

Angasmarca, agosto de 2008


*Distrito de Angasmarca - Provincia de Santiago de Chuco – Departamento: La Libertad – Perú