
Hoy me supo el día a rutina, mas de un rato a compunción, en la tarde a intenso sueño, en la mañana a congestión nasal después me dio risa, pensé muchas veces en mi gato, si pues es que yo tengo un gato que al principio creíamos era gata pobrecito el felino, sus dueños lo abandonaron a su suerte, se marcharon del tercer piso, era esquivo al cariño casi huraño diría yo… seguramente lo abatió la soledad como a mi algunas veces…
Entonces vino donde mi cuarto a rondar las horas frente a la computadora viendo brillar solo la punta de mi nariz en el monitor con el fondo negro, llenando líneas de código para un lenguaje de computadora, otras veces a menos distancia escuchaba un poco de baladas siniestras y veía el discurrir de mis yemas sobre el teclado, como si supiera de lo que escribo estaba ahí quedito al silencio de la noche, quedito al volumen moderado de mi música, quedito resguardando mi presencia…
Después me di cuenta que la mirada de mi gato es medio vacía otras veces es medio humana, luego su actuar es extraño como si cuando llegara a mi habitación o al tercer piso viniera cargado de misterios que en el copioso de sus ojos se hacen sentir, es que el pobre ha carecido en su vida de quien lo quiera y a mí me tiene como si fuera su legitimo dueño, en fin a mi me simpatizan los gatos ufff desde que era niño, y no podría negarle un espacio al enjuto gato que se queda ahí quedito al silencio de la noche, quedito al volumen moderado de mi música, quedito resguardando mi presencia, dando una y otra vuelta por entre mis canillas, rasguñando delicadamente mi pantalón y cabeceando mis manos, indagando por el cariño de mi ser yo lo complazco y el empieza a roncar después como que se pone demasiado empalagoso y lo despido y se marcha, algunos días amanece en el filo de los ladrillos los demás no sé donde pasa la noche… a las veinticuatro horas le doy algo de comer, el a los quince días regresa, se va a aventurar por los techos vecinos, sábelo Dios a donde ira y de que se alimentará, ojala que haya ratas muy cerca…
Otro día viendo unas fotos de cuando tenía seis años, recordé que mi mami me había comprado no sé si una sabana o un colchón, el hecho era que estaban estampados los pitufos, ufff benditos aquellos tiempos, y bendito el canal que transmitía el sin fin de historias de los suspiritos azules. En Angasmarca aun tengo guardados las videocasetes en formato vhs que en aquellas épocas grababa para una colección que nunca llegué a completar… de ahí que mi gato ahora lleva el nombre de Asrael por el gato de un hechicero odioso llamado Gargamel que siempre quería atrapar a mis heroicos pitufitos…
Hoy he acabado de contar los días, son veintiuno, Asrael no regresa, ha sobrepasado los límites del intervalo, son seis días en exceso siento que lo extraño, como que lo necesito para tenerlo de hambre no importa, como que ya quiero que venga a desatar su rasgado maullido por aquí por el tercer piso… me da nostalgia, mi peludo amigo no regresa, ahora quien me cuidara en las madrugadas en que con mi áspero café y unas cuantas baladas mis manos paren literatura sufrida literatura novata…
Asrael regresa…
Trujillo 4 de octubre de 2006
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