Se acomoda a la luz sobre la silla chica que siempre esta en la sala… apretuja bien su aguja de o agrochet a veces teje una chompa otras hilvana la ropa aunque mas que eso le gusta bordar en un bastidor de esos grandes, sin embargo el mayor tiempo estuvo elaborando tapetes con hilo Carmencita con su aguja de agrochet (perdonaran si no escribí correctamente el nombre de la aguja)… hay una canastita a su lado ahí quedan los ovillos de hilo… los que a su vez se entreveran por bajo y por sobre los palillos… ella esta muy quedita concentrada en su tapete dándole vueltas tejiendo y destejiendo por si pasa mi mamá le pregunta “hija que te parece?...” mi mamá alega: “esta bien pero le falta mas forma en la esquina…” entonces se va… yo sigo trazando la marginal del centro en plena sala pero el sol fastidia y se me nota el sudor porque yo siempre jugué en cuclillas, de ahí el esfuerzo, nunca me arrastre porque mi mami así me enseño… como si se notara mi disconformidad con el sol vespertino escucho: “hay hijito tas que te quemas mas que somos blanquitos…” me río -si pues- y me paso el brazo por la frente para quitarme la transpiración y sigo abriéndome paso en el inmenso valle de la sala, necesito tener mi carretera lista ya que mi volquetito muy pronto saldrá del mecánico…“hay sol de muerto hijito… juega mas allá…” oía decir -si pues - le contesto mientras sigo terminando el filo de mis uñas dibujando mis carreteras en el irregular piso de tierra dentro la sala, aunque me falta mucho, tengo fe en terminar y aventurarme a serpentear con el volquetito de lata color amarillo que mi papi me compró en Lima el mismo que está en la cochera lo están arreglando según mi ilusión esta alistándose para emprender un gran viaje toda la noche hasta el amanecer, yo soy el chofer desde luego…
Ella sigue sentada persiguiendo los diversos puntos de sus revistas de agrochet ya me faltan pocos metros y termino, el sol se esta ocultando, deben ser mas de las cinco, el viaje de mi volquetito se esta retrasando hay dificultad para seguir la carretera, tendré que hacer una vuelta por motivos geográficos… no importe con tal de llegar a la selva (la selva no era mas que el rincón donde yacían los tercios de alfalfa que compramos para los cuyes su color verde me hacía llamarle la selva… ) a traer frutas y lo que se aparezca…
… “Buenas tardes doña Bertha…” , “Doña Bertita buenas tardes…” ya es tarde gracias a mis esfuerzos se ve la mayor parte de mi carretera, el ocaso esta a haciendo de las suyas yo al sol le imploro sus últimos rayos para jugar a mi viaje no obstante el se esta marchando y lo veo por atrás del cerro por allá por sobre las manzanas que se marcha y me da miedo que ya sean las seis de la tarde porque a esa hora mi abuelita Bertha cierra la puerta porque a esa hora puede que llegue mi mami con el pan también mi papi y temo porque pueden pisotear la marginal del centro que con tanto sudor con proyecciones con doble carril y a sol de muerto he trazado toda la tarde…
La gente que regresa del campo con sus manadas pasan después de pastarlos… se asoman a la vista de la puerta y siguen saludando a mi abuelita, pasan algunas personas que ahora son mi familia en esos días también pero prefería jugar a las carreteras, que a enterarme que son familiares… los niños de la escuela ya están pasando brincoteando como si no fuesen a llegar esa mismo día… detengo la obra y me paso por delante mi abuelita que ya se dispone a guardar sus tejidos su canastita y sus agujas…, “permiso abuelita” y ella cariñosamente: “pase niño…” me paro en la esquina con las manos ocultas para atrás por cierto llenitas de tierras y polvo ya que había dejado la construcción en stand by , un momento para ver el correr alocado de los niños de la escuela que viven en el campo, que desfilan con cuadernos en mano otros con sus morrales trafican por todas direcciones por todas las calles, unos por el carretero se alejan felices jugando con sus trompos… otros mas pacientes con unas canicas… también por el lado de la señora Nati se echan al camino directo a sus casas, me da curiosidad porque ninguno juega a los carritos deber ser mágico manejar hasta sus casas, una carretera de veras con abismos con puentes con charcos con lodo, lo suficientemente larga como para quedar satisfecho de jugar a los carritos… en fin ya me distraje viendo a los últimos niños a los mas grandes, que bajan lentos con su uniforme oscuro por doña Iris mas abajo se pierden no los veo pero los imagino … Mientras tanto sigo parado enfriándome a las seis de la tarde y abuelita me llama “pasa hijito guarda tus juguetes “ … ohh sorpresa olvide que tenia que terminar la marginal del centro para que mi volquetito de lata color amarillo que mi papi me compró en Lima pueda correr sin problemas por esas nuevas rutas que me gustaba inventar…
Entonces ya estoy entrando , llegan las gemelas de haber jugado toda la tarde en la casa de María Teresa, y me voy corriendo a la sala para vigilar mi marginal del centro para que no la vayan a pisar y zas como si todo hubiera sido un sueño ya se pasaron por ahí mis hermanas mi abuelita y todos yo que quería enseñarle la carretera a mi papá… ya no demora tampoco… tengo esperanzas aun hay rastros por ahí aun quedan las curvas cerradas y un desvío entonces lo veo venir por la torre que viene con pasos firmes manos atrás con prosa por supuesto se acerca ya esta por la pila yo lo espero me hago el disimulado y rehabilito una travesía que dibujé atrás de la mesa entonces ya esta casi oscuro y sigilosamente nos encontramos , soy feliz al verlo como si fuera un encuentro después de muchísimo tiempo “buenas tardes papi…” le digo y él muy paternal “Buenas tardes hijo…” entonces hago los ademanes para que se de cuenta que estuve jugando carritos y que hice mi carretera, entonces el instantáneamente se da cuenta y dice “…bárbaro…” yo sé que con esa palabra ya le gusto mi carretera aunque estemos casi a oscuras el pasa con cuidado como para no aplastar el kilometro quince de mi marginal y asegura la puerta le pone pestillo y me dice “vamos ya ahorita llega la luz…” lo quiero mas porque no pisó mi marginal de la sala… nos vamos hasta la cocina no sin antes guardar mi volquetito que hasta ahora no se ha movido, en fin para mis adentros pienso que mañana haré otra marginal pero mas temprano ni bien llegue del jardín para que no me gane el ocaso y manejaré supuestamente toda la noche hasta llegar a la selva hasta que sea de día…
En la tina ahora si pues con agua helada hay que lavarse las manitas me seco por completo entro a la cocina ya el motor han prendido ya no demora la luz miro a mi familia reunida en la mesa bajo la clarísima luz del fluorescente, me dan ganas eternas de regresar corriendo a jugar en mi marginal, es hora de comer y de ver las noticias… mi mami en la estufa dispuesta a cuidarnos me mira yo también, las gemelas sostienen sus biberones evenflo las miro con gracia y me siento a la mano derecha de mi papi…
Con inmenso amor y sinceridad para mi familia…
Alguna día tendré seis años y tambien iré a la escuela le decía a mis hermanitas…
Ellas angelicales : “ya calos…”
-adoro mis recuerdos de niño…-
Trujillo 20 de Junio de 2006
-adoro mis recuerdos de niño…-
In cuentos de niño, In jugando a la carretera, In Mi memorias, In mi volquetito amarillo, In mis recuerdos de niñolunes, 2 de julio de 2007
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