Mi mami viene a pasar el fin de semana con nosotros, a parte de eso tiene que visitar al medico, parece que irá donde el traumatólogo –esos dolores en la ingle la tienen angustiada -
Mi papi me llama al móvil como a las seis y me dice que mi mami ya está viajando, que no vaya a la agencia porque mi tío Carlos irá a recogerla en su camioneta. Me da mucha alegría saber que volveré a ver a mi madre, decido no dormir y quedarme a leer algo en internet o tal vez escribir algo sin sentido hasta que sean las dos –la hora en que debe llegar mi mami- . Como a la una y media me acosté y pensaba dormir, al cabo de unos minutos la presentí tocando las rejas, bajé entre dormido y despierto lleno de esa alegría de encontrar a mi madre y tenerla al menos por este fin de semana. Abatido entre la somnolencia y la satisfacción de abrazarla corrí para abrir la puerta y nos encontramos; traía consigo una bolsita su maletín y algún equipaje, cosas que no sé como le hice pero las cargué todas de una sola vez hasta el tercer piso. Como siempre mi madre estaba con la mirada esplendorosa y con una actitud refrescante se le notaba su maternalísima forma de ser, le dije que vaya a descansar, ya hijito tú también me dice y me fui corriendo a la cama a continuar mis sueños alegres… Cuando mi mami nos visita siento de nuevo esa confianza, siento esa seguridad, esa protección que su presencia infunde sobre nosotros, es como un aditivo a mis ánimos incluso hasta se puede dormir mejor.
Amanece, las gemelas se han ido a estudiar y yo tengo clase por la tarde, me quedo dormido a propósito –como para que mi mami me despierte- entonces como lo sospeché viene y me levanta como a las ocho, me dice que si puedo acompañarla a la clínica, le digo que sí que cómo se le ocurre plantearme esa pregunta luego le sonrío, ella también ríe y me dice apúrate… Me alisto, me rasuro y cuando estoy de regreso a mi habitación encuentro a mi mami planchándome una camisa, me conmueven sus gestos, -son únicos- me la alcanza junto a un bivirí, me doy prisa y me visto, es rico ponerse la ropa aun caliente a penas planchadita…
Salimos con algo de prisa, mi mami no toma desayuno porque el medico le dijo que debe ir en ayunas pero cuando pasamos por la esquina de los jugos me compra algo de tomar me dice que no debo quedarme sin desayuno que siempre debo levantar temprano aun los viernes… -que estudio en la tarde- si mami no te preocupes le digo. Tomamos un taxi y voy leyendo cien años de soledad –es el segundo intento espero terminarlo y que no sea como cuando tenia trece años que no entendí ni medio- Primero entramos por los análisis de sangre, una guapa señorita como de mi edad pregunta que quien de los dos es el paciente yo le digo que es mi mami, entonces me dice que debo esperar en el sofá y me pregunta que si deseo leer alguna revista en particular, no gracias le digo que suficiente con Cien Años de Soledad, en seguida se ríe yo también le doy una mirada algo coqueta voltea tan fresca y linda yo le guiño el ojo ella me pone cara de pocos amigos y se lleva a mi mami…
Luego de los análisis, a la salida de la clínica, caminamos despacio, le pregunto como le fue en los rayos x, luego la abrazo, y noto que mi mami aunque quiera ocultar el malestar que lo agobia no puede seguir fingiendo; y me dice que cuando viene al doctor parece que le pasara, es algo psicológico le digo, y volteamos de Bolognesi a Pizarro, el sol rondaba la mañana la hacia calenturienta pero airosa y en la entrada de una quinta en una especie de quermes, pedimos un ceviche para mi y para ella una patita en fiambre, tomamos un lugar y degustamos ese sabor de la comida norteña, conversábamos de cómo iban las cosas en Angasmarca, al mismo tiempo el picante me hacia enrojecer. Como quiero a mi madre, me veía dando soplidos de ardor entre los labios; en seguida pidió una jarra con chicha morada heladita, ya hacia falta le dije, nos reímos y seguimos conversando…
Fuimos a la avenida España y tomamos el carro hasta la casa, llevamos las cosas y luego volvimos a salir, teníamos que ir donde mi tío Carlos ya era hora de irme a la Universidad, me dio pena despedirme de mi mami pero la presencia de mis hermanas me consuela.
Por la noche cuando ya todos estuvimos en casa, conversamos; mis hermanas nos hacían reír, sobretodo Elvira, sus ocurrencias son únicas, me encanta ver felices a las mujeres que mas quiero en este mundo; nos echamos en la cama vemos el cielo raso de la habitación pienso de nuevo en mi mami y en la incertidumbre que ella debe sentir cuando esta viviendo sin nosotros, la amo mucho más… invento un chiste absurdo, hago un esfuerzo por disimular esa agüita que se empoza en mis pupilas y disimuladamente llevo la corriente y seguimos conversando…
Ellas salen de compras, saben que a veces no tengo paciencia para estar con ellas aunque hasta la actualidad mi mami me acompaña a comprar mi ropa e influye en la elección de mis prendas no la reclamo además tiene buenos gustos, sigo siendo su niño decente y me viste con jeans, driles clásicos, camisas y polos con cuellos en fin todo es ropa casual. Por esta vez decidí no salir con ellas y quedarme en la casa, a ver un programa de cable que por cierto no sé si será real o simplemente una farsa, de todos modos igual lo veo, también me quedo porque quiero estar pegado a la internet… ellas me conocen y saben porque no fui de compras (es que me aburro, además es una eternidad esperar que una de mis hermanas escoja algo de vestir, que si el colorcito que si el estampado que si la talla o quien sabe ya cambie la estación ufff, las trabas son infinitas, luego cuando estamos por esas tiendecitas donde venden accesorios para chicas también es otro trajín, van por sus pulseras, que su maquillaje, que sus aretes y una infinidad de productos que se ha inventado para las del sexo opuesto… a esta hora las imagino y me alegra haberme ahorrado esa caminata entre las tiendas del centro ).
El domingo por la mañana, mi mami nos despierta a todos al estilo militar, ya sabemos por intuición que nos toca hacer limpieza, me hace mover, barrer, recoger las cosas del closet, por ratos no soporta ver el sin fin de objetos que estaban regados por ahí, y nos llama la atención, yo me había concentrado en una película que pasaban por TNT y me distraía y dejaba de hacer lo que me habían encomendado y mis hermanas me presionaban me hacían a pagar la televisión, pero igual yo terco prendía la tele y con volumen muy bajito seguía inmiscuido en la trama que pasaban por cable.
Mi mami llevaba el apuro mas apresurado del mundo; es que por la tarde tenía que viajar y me daba pena, sentía de nuevo esa frívola sensación de estar sin ella y me sentaba a la entrada de la cocina y la contemplaba empeñosa limpiando con solemnidad; ya cuando se percata que la observo, voltea sus ojos caramelo hacia mí y de repente asumiendo que con mi contemplación le decía mamita te extraño mucho no te vayas, quédate para que ya no nos de miedo vivir solos, quédate para cuidar de tus hijitos, quédate para que por las mañanas nos hagas jugos de fruta, nos des galletitas con mermelada y nos despiertes a todos al estilo militar… Me miraba y su pena la expresaba en silencio…
Al cabo de dos horas, terminamos la batalla contra el desorden, (yo contento porque encontré mi tercer diario el que ya lo había dado por perdido) mis hermanas se estaban cambiando ya casi eran las dos de la tarde, teníamos que ir a almorzar donde mi tío Carlos, los intestinos me reprochaban algo de comer y a varios metros se notaban esos soniditos medios extraños que exigen algún alimento en las entrañas. Tuve que esperar diez minutos más porque a mi hermana se le dio por ponerse un polo ligerito, y con este clima que no se sabe que va pasar, se desanimó y tuvo que volverse de la puerta para ponerse uno con manga larga y cuello alto, “hay Elvira acaso te vas a una fiesta?” le digo, yaaa tu que sabes de estilos me dice , al mismo tiempo recoge sus cabellos crespos oscuros con una especie de ganchito medio extraño; me mira con una sonrisa sarcástica y me deja parado para ponerle seguro a la puerta, y se va saltando misma niña toda ella brincando un pie luego el otro, me quiero quejar pero no, de repente está viviendo su momento. Prefiero alcanzarlas ya están por el parque, voy corriendo atrás de mi mami y de pronto se remontan a mi mente los recuerdos de cuando era niño y corría muy rapidito atrás de mi mami ella se alejaba un poco como para darle emoción a mi carrerita, luego se volvía hacia mí y me tomaba de brazos, me alzaba muy alto; y clarito recuerdo que veía el mundo hacia abajo lo veía con temor porque a mi siempre me han atemorizado las alturas, pero como estaba en manos de mi mami, me extasiaba estar suspendido a no más de 1.65 metros además creo que aquellos días yo tenía cuatro años…
Por la tarde volvimos a la casa, ya su equipaje estaba listo, yo fui a la avenida por un taxi, y para cuando ya estuve en la casa ellas esperaban en el jardín, nos apuramos y fuimos a despedir a mi mami nunca dejamos de conversar y reíamos a medias, sobretodo yo que ya me había hecho a la idea de estar con ella, se me hacía de quebranto ir a despedirla, la extraño y mucho, no cabe duda que con tenerla aquí a lado un haz de tiempo es suficiente para acostumbrarme a su presencia y estar de caprichitos como para no dejarla ir (lo mismo pasa con mi papi, por eso que muchas veces cuando los dos vienen y tienen que irse nos ponemos a llorar, mi papi toca el claxon y se lleva a la mujer que hace veinte años me tuvo de vacaciones dentro su vientre) . Son mas de las seis el ómnibus ya va salir, mi mami tiene el boleto con el numero diez, me encargo de que hayan subido sus cosas, la mayoría de pasajeros han abordado el carro y fue el desfachatado frio del ambiente el que una vez mas confabuló a mi favor, ya no quise que mi mami me vea con los ojos rojos, al contrario me reí tantito mas, la abracé como dijera algún sobrinito mío o cualquier chiquillo: la abracé fuertote, ella me pidió que me porte bien que por la noche no me olvide de cerrar la ventana, ahhh también me dice que en el estante de la cocina ha dejado galletas y que ha comprado mermelada, algo de leche y fruta, ya gracias mami le digo, y sé que sus lentes ocultan un poco la tristeza de dejarnos solos otra vez, sube al ómnibus con su bolso gris oscuro -seguro que cuando Elvira lea esta parte dirá corrección: era color grafito- en fin como suele decir ella tu que sabes de estilos…
En otro momento, ya de vuelta a la casa con la ausencia de mi mami a cuestas; fui a la señora del frente, a tomar una coca cola a sentarme en el parque a ver la luna que como pocas veces inundaba la ciudad con su blanquecino resplandor, entonces pensé en mi papi me alegré por él ya que mañana estará junto a mi mamá, lo imagino de repente en la mina o conduciendo su carro oyendo música del mp3 que grabamos juntos la ultima vez o quien sabe saboreando la relajante sensación de un cigarrillo, miro al cielo, miro a todos lados me conmueve esta realidad, tomo un trago y otro y pienso que algún día así como de niños volveré a vivir con mis padres, correré tras sus pasos quien sabe y volvamos a jugar nintendo, y elevemos una y otra cometa, salgamos juntos de paseo y con mi papi viajar así como siempre, por la noche de madrugada y a toda hora anhelando realidades que de seguro en el futuro serán … Hoy es otro día mi mami llegó muy bien me lo dijo por teléfono, yo aun la necesito –bueno toda mi vida necesito de ella- me he puesto a escribir como para desahogar esta tristeza de vivir en este diminuto universo llamado tercer piso. Es de mañana ya estoy por terminar esta crónica de cuando mi mami viene a vernos; las cortinas están tendidas vislumbran ese calorcito de las diez de la mañana; he puesto una balada del recuerdo y siento con urgencia que necesito a mis padres, veo nuestras fotografías las acerco, lo mas próximo a mis ojos, otra la pongo de fondo de escritorio, el sentimentalismo quiere invadirme pero es muy de mañana como para estar siendo presa de suceptibilidades, y mejor me tranquilizo pienso en las risas de otros tiempos, en las alegrías de mi papá, en las insistencias de de mis hermanos, y en el reír sereno de mi mami. A esta hora como para terminar, esta bien, cambio la música a algo mas alegre y sigo comiendo las galletitas con mermelada que me compró mi mami…
Con amor para mis padres,,, Juan Gálvez y Luz Velásquez.
Trujillo 01 de noviembre de 2007
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