
Hace algún tiempo, cuando hicieron irse de la casa la hermana Esther, - sin saberlo- muchos días después cuando volví de Angasmarca; subí corriendo muy aprisa, pensando en que todo fue mentira y que al abrir la puerta nos encontraríamos otra vez, pero no había manera de que mis deseos se hicieran verdad, encontré los cuartos del fondo vacíos, los sofás apilados,...