
Es otra tarde, es el fin de otras vacaciones, me despedí del pueblito mas querido, aquel de ocho horas de distancia, bailando, riendo y pensando en las incidencias que propone la vida, pues estoy con esta necesidad de preocupación, la augusta presencia de mi venerable abuelita se ha visto inquietada por uno de esos males que nadie espera, estos...